Autor: admin 16 marzo 2007

Antonio Porchia: Voces reunidas
Pre-Textos, Valencia, 2006

La vida de Antonio Porchia es tan parca en sucesos externos que su biografía cabe en unas líneas. Nació el 25 de noviembre de 1886 en el pueblo de Conflenti, en la Calabria italiana. Tras el fallecimiento de su padre en 1900, la madre decidió emigrar a Argentina, con los siete hijos del matrimonio. Llegaron a Buenos Aires en 1902, y el joven Antonio, que era el primogénito, se vio en la obligación de ponerse a trabajar. Durante el resto de su vida, desempeño los más diversos oficios: apuntador en el Puerto, tejedor de cestas, impresor en el barrio de San Telmo. En 1940 funda con un grupo de pintores la Asociación de Arte y Letras Impulso, de la que llegó a ser presidente andando el tiempo. Era tímido, bondadoso, reservado y cortés, según el comentario de algunos amigos. La modesta casa que albergó su retiro, en Olivos, se convirtió en un lugar de encuentros para quienes le tenían por un maestro verdadero en la expresión de la verdad, la bondad y la belleza. Murió el 25 de noviembre de 1968 en su casa de Olivos, como consecuencia de una caída que había sufrido dos años antes.

Autor: admin 16 marzo 2007

Esther Tusquets: ¡Bingo!
Anagrama, Barcelona, 2007

Un hombre a punto de cumplir sesenta años, un hombre que “ha dejado de desear” y desconoce ya la urgencia y la avidez que le habían llevado a vivir pasiones fulminantes, un hombre inmerso en un desinterés “del que le da vértigo medir la profundidad y que lo abarca todo”, un hombre cuyo presente está cada vez más carcomido por la indiferencia y la desgana, un hombre que siente como nunca antes el peso de la juventud perdida y el camino hacia la muerte como la negación definitiva de todos los anhelos y proyectos irrealizados por miedo o por prudencia o por otros motivos… Ese hombre vacío de deseos, una tarde en que los primeros calores anuncian el tórrido verano inminente, entra por casualidad en un bingo para escapar del tumulto y del ruido de la calle y para sumergirse en un recinto silencioso, oscuro y frío y así acallar su inquietud y matar el tiempo hasta la hora del anochecer y regresar a casa, a la esposa y a la cotidianidad anodina y rutinaria.

Autor: admin 15 marzo 2007

Peter Bogdanovich: Las estrellas de Hollywood por Peter Bogdanovich: retratos y conversaciones
T&B, Madrid, 2006

Cuando Peter Bogdanovich era un adolescente soñaba con ser actor y un día, en torno al Año Nuevo de 1954 en Nueva York, mientras caminaba por la calle 55 se encontró a Marlon Brandon vestido con la indumentaria que utilizaba para la película en la que trabajaba en ese momento. Llevaba puesto el atuendo con el que todos, desde La ley del silencio, identificamos a los estibadores neoyorkinos: chaqueta de leñador a cuadros, pantalones de trabajo y botas de motorista. Aquel día Bogdanovich tuvo la oportunidad de pedirle un autógrafo a uno de sus actores favoritos, y no la desperdició. Caminaron un rato juntos hasta llegar a un semáforo en el que Brandon se despidió jovialmente del chaval para cruzar la calle. Mientras se alejaba, el joven Bogdanovich vio que la ya por entonces estrella pisaba una mierda de perro y estuvo a punto de gritarle para prevenirlo, pero no lo hizo, quizá porque pensó que después de todo, aquello daba buena suerte. Posiblemente suerte es la palabra clave en la vida de Bogdanovich. Con el tiempo, aquel joven estudioso del teatro y el cine, aspirante a actor y discípulo de Stella Adler, llegó a dirigir películas, formando parte muy activa de la generación que renovó el cine de Hollywood en los años setenta —los Scorsese, Coppola, Spielberg, Hal Ashby, Lucas, etcétera— y buena prueba de ello son sus primeros trabajos: El héroe anda suelto, La última película o ¿Qué me pasa, doctor?

Autor: admin 12 marzo 2007

Philip Roth: La contravida
Seix-Barral, Barcelona, 2006

Supongamos que todos sabemos quién es Philip Roth y que hemos leído algún libro suyo. Supongamos, también, que todos estamos de acuerdo en que, si es que tiene algún valor, que lo tiene, debería ya haber ganado el premio Nobel. Supongamos que también conocemos a ese álter ego llamado Nathan Zuckerman, un personaje recurrente, egocéntrico y lúcido, de los que dicen las cosas a la cara y no se frena jamás en el desarrollo de una idea. Entonces, hablemos de La contravida.

Seix-Barral publica ahora, con nuevas y cuidadas traducciones, la “Biblioteca Philip Roth”, que ya alcanza su cuarto título, tras la publicación de El oficio: un escritor, sus colegas y sus obras, Patrimonio. Una historia verdadera y Zuckerman encadenado. La contravida, como todos sabemos algo de Roth, es una novela protagonizada por Nathan Zuckerman, ese escritor que busca a dentelladas o con caricias y susurros la verdad, la sinceridad, el porqué exacto de las cosas. Sabemos que es judío —o lo que eso significa, si es que significa algo, que lo hace— y que tiene, además, una intensa y algo desordenada vida sexual y un hermano, Henry, que es el prototipo de ciudadano respetable, odontólogo, honrado y padre de familia. Pero al que también le gusta el sexo, aunque de una manera controlada y mentirosa. Ordenada. Zuckerman actúa y habla sin máscaras; Henry lleva, digámoslo así, una doble vida sexual.

Autor: admin 29 enero 2007

Costanzo Costantini: Fellini. Les cuento de mí (Conversaciones con Costanzo Costantini)
Sexto Piso, Madrid, 2006

Auténtico icono de la cultura mundial, Federico Fellini, el autor de Los inútiles (1953), La Strada (1954), Las noches de Cabiria (1957), 8 1/2 (1963) o Amarcord (1973), es uno de esos cineastas inmediatamente reconocible por el espectador. Sus películas presentan un mundo donde la realidad convive con lo fantástico, a medio camino entre lo cotidiano, lo onírico, lo extravagante, lo exhibicionista, lo visionario y el delirio poético. Un abigarrado universo que dio lugar al popular adjetivo de “felliniano”.

Autor: admin 28 enero 2007

Sandra Petrignani: La escritora vive aquí
Siruela, Madrid, 2006

¿Por qué nos atraen tanto las vidas ajenas? Seguramente porque en el fondo y sin que nos pese, todos tenemos ese trocito de alma de portera que hace operativos y eficaces los más diversos cotilleos y da patente de corso al chismorreo generalizado. ¿Tiene sentido inmiscuirse en las intimidades más o menos miserables del escritor? ¿Hurgar en su vida personal, descuartizarlo, poner sobre el mostrador de la carnicería los motivos y particularidades privadas —muchas veces íntimas— que inspiraron tal o cual página? Seguramente no. Cualquier creador no es mejor ni peor por el hecho de haber pertenecido a las Waffen SS, por emborracharse, engolfarse un poco aquí y allá, llevar una vida disoluta o directamente promiscua, etcétera. Del mismo modo que no es ni mejor ni peor por sentarse ocho horas ante el escritorio a crear páginas inolvidables o unas hemorroides de caballo —o ambas cosas a la vez—. Para apreciar Hamlet no necesitamos saber quién fue Shakespeare, pero es tan tentador…

Autor: admin 28 enero 2007

Juan Manuel Romero: Las invasiones
DVD Ediciones, Barcelona, 2006

Poesía y pensamiento se resuelven, en el quehacer de Juan Manuel Romero (Sevilla, 1974) en una indagación sobre la propia identidad, en un calculado ejercicio de espeleología poética en pos de las huellas de lo que somos, o en un detallado estudio sobre los propios pasos. Esta indagación la lleva a cabo en un largo poema unitario dividido en diez fragmentos cuya sintaxis se resuelve en un lirismo despojado que a través de un ritmo diáfano pretende levantar acta de una situación de soledad y de la crisis espiritual que habitualmente conlleva.

Autor: admin 26 enero 2007

Antonio Osório: El lugar del amor
Olifante. Zaragoza, 2006

Es uno de los poetas que más han destacado en la literatura portuguesa contemporánea. Nacido en 1933 y abogado de profesión (ha tenido un cargo equivalente al de presidente del Consejo General de la Abogacía en España), inició su andadura literaria con A raíz afectuosa (1972), y a partir de ahí ha desarrollado una amplia trayectoria poética, con títulos como A Ignorancia da morte (1978), Aforismos mágicos (1985), Planetario e Zoo dos homens (1990) o Crónica da Fortuna (1997). En el libro que ahora nos ocupa, El lugar del amor (1981), dividido en dos partes claramente diferenciadas (“A teia Dupla” y “A Felicidade da Pintura”) va elaborando una obra propia. Los primeros poemas son cortos y luminosos, tratan sobre el deseo y el amor, fundamentalmente, aunque también sobre la muerte. Reflexiona sobre temas en los que no habíamos reparado anteriormente, dándole la vuelta a los tópicos. Así, se profundiza en las relaciones entre el amor y el dolor. Podríamos ver en ellos cierta cercanía a Andrade. A veces habla de algunos descubrimientos, como la desfloración. En algunas ocasiones se acerca al epigrama clásico de la Antología palatina, o a los herméticos italianos. Podríamos calificarle como un poeta de línea clara: “Matriz / de remos que se agitan: / terreno de búsquedas, manipulaciones; / celda / donde no hay desespero; / el lugar del amor”. Como se nos señala en la introducción, se trata de una poesía declaradamente reflexiva y con pretensión de universalidad, que se va acrecentando a medida que la obra progresa.

Autor: admin 25 enero 2007

Eduardo Lourenço: Pessoa revisitado
Pre-Textos, Valencia, 2006

Con suma prudencia, temeroso de acabar cayendo en esas hipérboles superficiales que hinchan la importancia de un libro con palabras ampulosas sin llegar a demostrar nada, algo tan frecuente en nuestro acelerado mundillo de la crítica literaria en prensa, hago una primera advertencia: Pessoa revisitado. Lectura estructurante del “drama en gente” (traducción de Ana Márquez) es uno de esos estudios que uno lee asombrado de principio a fin, viviendo la mágica sensación de cómo es posible penetrar en una obra de forma tan completa, inteligente y sensible. Ocurre en poquísimas ocasiones en lo que respecta a ensayos literarios, creo yo, pero este libro de Lourenço, publicado en 1973, constituye un ejemplo superlativo de lectura poética, en la forma y en el fondo, en la belleza de sus análisis y en la profundidad de su comprensión de las creaciones pessoanas.

Autor: admin 23 enero 2007

Eugenio Montejo: Fábula del escriba
Pre-Textos, Valencia, 2006

Fábula del escriba de Eugenio Montejo es un libro de poemas dividido en cuatro partes: “Fábula del escriba”, “Diez pavanas”, “Tiempo y trastiempo” y “Apuntes de Jorge Silvestre” (esta última notoriamente más breve que las anteriores). Por otra parte, si el título general alude a ese misterio, o esa magia, que es la escritura, yo diría que el tiempo, la conciencia de la temporalidad, es el tema dominante del conjunto.