Autor: rafael 16 julio 2010

Mejorando lo presente.
Poesía española última: posmodernidad, humanismo y redes.
Martín Rodríguez Gaona
Caballo de Troya, 2010
ISBN: 978-84-96594-40-1
270 páginas
16,90 euros

En los últimos años asistimos a la llegada de antologías y estudios que nos hablan de la poesía última y diferente en España. Entre estos estudios citamos Singularidades, de Vicente Luis Mora (Bartleby, 2006) o el sonrojante Postpoesía (Anagrama, 2009), de Agustín Fernández Mallo. Ambos libros, más el primero que el segundo, están en el origen de este Mejorando lo presente, del peruano Martín Rodríguez Gaona, que subtitula: Poesía española última: posmodernidad, humanismo y redes, y que edita la barcelonesa Caballo de Troya.

Autor: admin 21 julio 2008

Epicteto Díaz Navarro: Juegos de lenguaje. En torno a la narrativa española actual
Llibros del Pexe, Gijón, 2007

Vagamos perdidos por un mundo que hace tiempo dejó de lado las totalizaciones ideológicas. Ya no es demasiado fácil encontrar quien enfoque la realidad desde una perspectiva humanista, ni marxista, ni desde otros posicionamientos que terminan en ista. El liberalismo ha tenido algo más de suerte gracias a la caída del bloque soviético y al buen aprendizaje que hemos hecho de una economía de mercado —que sólo es libre cuando a algunos les interesa— depredadora y con bastantes similitudes con aquel capitalismo salvaje que se puso en práctica a finales del siglo xix y llevó al supuesto mundo civilizado a la explotación inhumana del resto del mundo, albergando como consecuencias, primero una guerra mundial, y después otra. La respuesta dominante a la falta de cobertura que nos han dejado de proporcionar sistemas filosóficos e ideologías es una suerte de eclecticismo que llamamos posmodernidad. El mundo ha dejado de ser blanco o negro y, quien más quien menos, cogiendo algo de aquí y algo de allá, va construyendo su propia realidad polifónica y gris. No sé muy bien si esto es bueno o malo, ni creo que se deba juzgar desde un punto de vista moral. Lo que sí creo es que nos ha hecho comprender algo más nuestra vulnerabilidad; ser conscientes de que somos incapaces de dar respuestas concretas, precisas, totales, a los problemas que nos plantea la existencia.

Autor: admin 14 septiembre 2007

Amelie Nothomb: Ácido sulfúrico
Traducción de Sergi Pàmies
Anagrama, Barcelona, 2007

La narrativa de Amelie Nothomb es esencialmente posmoderna, en su acepción de posmodernismo escéptico, como una crítica del sujeto moderno, del ser humano alienado por la televisión, y donde cualquier comprensión temporal es rechazada. Así, en un tiempo indefinido, de un país indeterminado, se emite un programa de reality show llamado Concentración. Por las calles, antes del comienzo del programa, los responsables de la cadena hacen redadas para seleccionar a los participantes, que serán recluidos en un campo de concentración a semejanza de los campos nazis. A partir de aquí las víctimas serán humilladas, golpeadas y tratadas como en un campo de concentración de verdad, para mayor regocijo de los telespectadores, los cuales podrán incluso votar a los presos que desean ejecutar.

Autor: admin 19 mayo 2007

Luis Bagué Quílez: Poesía en pie de paz
Pre-Textos, Valencia, 2007

Desde que Jürgen Habermas identificó la noción de posmodernidad con la postura neoconservadora de quienes creen que la modernidad ha fracasado y que, por tanto, sus impulsos utópicos (sus proyectos teleológicos) deben ser suprimidos, muchas han sido las voces críticas que han querido intervenir en el debate. Jean Baudrillard, por ejemplo, se situaba en las antípodas de Habermas al afirmar que el estado actual es “el estado de la utopía realizada” y que, en el fondo, “la revolución ya ha tenido lugar en todas partes, solo que no del modo que se la esperaba” (p. 78). Habermas, sin embargo, argumenta que la modernidad (o el proyecto de la Ilustración cuya meta fue el desarrollo de una ciencia objetiva, de una moralidad sujeta a leyes universales y de un arte autónomo) no es un proyecto fracasado sino inacabado.

Si el proyecto de la modernidad no fue completado, como sugiere Habermas, es posible todavía entender el posmodernismo como una cara de la modernidad, tal como pretende, por ejemplo, Matei Calinescu. O bien, como sostiene David Harvey, desde el ámbito de la crítica anglosajona, pensar que el posmodernismo no implica tanto una ruptura total con la modernidad sino que sería apenas una crisis particular dentro del modernismo; un modernismo que, por otra parte, nunca fue homogéneo, como suponen sus críticos.