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Novedades en Crisis de Papel

  • A la altura de las circunstancias  Simon ArmitageAvión de papel. Poemas escogidos 1989-2014Traducción, prólogo y notas de Jordi DoceImpedimenta. Madrid, 2024. La poesía sigue un movimiento pendular: tiende a acercarse o a alejarse lo …
  • Ensueño napolitano  Juan Antonio González IglesiasNuevo en la ciudad nuevaVisor. Madrid, 2024. En la corte de los antiguos virreyes de Nápoles, había siempre un acompañamiento de poetas. Como Garcilaso, como Aldana, com …
  • Contra el tiempo  Miguel Sánchez-OstizGeografía de la venturaSelección y prólogo de Alfredo RodríguezBartleby Editores. Madrid, 2024. El deliberado silencio o la ruidosa polémica que acompañaron a muchas de las obras …

Novedades en Café Arcadia

Autor: admin 28 enero 2007

Juan Manuel Romero: Las invasiones
DVD Ediciones, Barcelona, 2006

Poesía y pensamiento se resuelven, en el quehacer de Juan Manuel Romero (Sevilla, 1974) en una indagación sobre la propia identidad, en un calculado ejercicio de espeleología poética en pos de las huellas de lo que somos, o en un detallado estudio sobre los propios pasos. Esta indagación la lleva a cabo en un largo poema unitario dividido en diez fragmentos cuya sintaxis se resuelve en un lirismo despojado que a través de un ritmo diáfano pretende levantar acta de una situación de soledad y de la crisis espiritual que habitualmente conlleva.

Autor: admin 26 enero 2007

Antonio Osório: El lugar del amor
Olifante. Zaragoza, 2006

Es uno de los poetas que más han destacado en la literatura portuguesa contemporánea. Nacido en 1933 y abogado de profesión (ha tenido un cargo equivalente al de presidente del Consejo General de la Abogacía en España), inició su andadura literaria con A raíz afectuosa (1972), y a partir de ahí ha desarrollado una amplia trayectoria poética, con títulos como A Ignorancia da morte (1978), Aforismos mágicos (1985), Planetario e Zoo dos homens (1990) o Crónica da Fortuna (1997). En el libro que ahora nos ocupa, El lugar del amor (1981), dividido en dos partes claramente diferenciadas (“A teia Dupla” y “A Felicidade da Pintura”) va elaborando una obra propia. Los primeros poemas son cortos y luminosos, tratan sobre el deseo y el amor, fundamentalmente, aunque también sobre la muerte. Reflexiona sobre temas en los que no habíamos reparado anteriormente, dándole la vuelta a los tópicos. Así, se profundiza en las relaciones entre el amor y el dolor. Podríamos ver en ellos cierta cercanía a Andrade. A veces habla de algunos descubrimientos, como la desfloración. En algunas ocasiones se acerca al epigrama clásico de la Antología palatina, o a los herméticos italianos. Podríamos calificarle como un poeta de línea clara: “Matriz / de remos que se agitan: / terreno de búsquedas, manipulaciones; / celda / donde no hay desespero; / el lugar del amor”. Como se nos señala en la introducción, se trata de una poesía declaradamente reflexiva y con pretensión de universalidad, que se va acrecentando a medida que la obra progresa.

Autor: admin 25 enero 2007

Eduardo Lourenço: Pessoa revisitado
Pre-Textos, Valencia, 2006

Con suma prudencia, temeroso de acabar cayendo en esas hipérboles superficiales que hinchan la importancia de un libro con palabras ampulosas sin llegar a demostrar nada, algo tan frecuente en nuestro acelerado mundillo de la crítica literaria en prensa, hago una primera advertencia: Pessoa revisitado. Lectura estructurante del “drama en gente” (traducción de Ana Márquez) es uno de esos estudios que uno lee asombrado de principio a fin, viviendo la mágica sensación de cómo es posible penetrar en una obra de forma tan completa, inteligente y sensible. Ocurre en poquísimas ocasiones en lo que respecta a ensayos literarios, creo yo, pero este libro de Lourenço, publicado en 1973, constituye un ejemplo superlativo de lectura poética, en la forma y en el fondo, en la belleza de sus análisis y en la profundidad de su comprensión de las creaciones pessoanas.

Autor: admin 23 enero 2007

Eugenio Montejo: Fábula del escriba
Pre-Textos, Valencia, 2006

Fábula del escriba de Eugenio Montejo es un libro de poemas dividido en cuatro partes: “Fábula del escriba”, “Diez pavanas”, “Tiempo y trastiempo” y “Apuntes de Jorge Silvestre” (esta última notoriamente más breve que las anteriores). Por otra parte, si el título general alude a ese misterio, o esa magia, que es la escritura, yo diría que el tiempo, la conciencia de la temporalidad, es el tema dominante del conjunto.

Autor: admin 23 enero 2007

Danilo Kiš: Una tumba para Boris Davidovich
Acantilado, Barcelona, 2006

Nada más ser publicado en Zagreb en 1976, Una tumba para Boris Davidovich recibió acusaciones de plagio. Se decía que Danilo Kiš había copiado trabajos de Alexander Solzhenitsyn, James Joyce, Nadezhda Mandelstam, Jorge Luis Borges o los hermanos Medvedev. En el prólogo del libro, aparecido por primera vez en la edición americana de 1980, Joseph Brodsky revisa estas acusaciones tratando de precisar la originalidad literaria del autor. Alejada la sospecha de plagio, aporta otras razones extraliterarias que explican la oposición que recibió este conjunto de relatos. Las dos fundamentales eras las tendencias prorrusa (comunista) y antisemita del estamento literario yugoslavo de aquella época. En la obra de Kiš, serbio, de padre judío y madre montenegrina, hay siete relatos protagonizados por comunistas (miembros del partido, del Komintern, de la policía política, revolucionarios simpatizantes…), la mayoría de origen judío. Los siete relatos componen, según el subtítulo del libro, siete capítulos de una misma historia: la narración de algunos hechos violentos y confusos que ocurrieron durante el proceso de internacionalización de la Revolución rusa, pero que no tuvieron significado histórico ni, por tanto, interés para los historiadores.

Autor: admin 17 enero 2007

Andrés Barba: Versiones de Teresa
Anagrama, Barcelona, 2006

No cabe ya ninguna duda de que Andrés Barba (Madrid, 1975) puede empezar a ser conocido por cierta parte del público y de la crítica como “el chico de los berenjenales”, como él mismo ha llegado a señalar en alguna ocasión. La facilidad de este autor para meterse en fregados temáticos y narrativos, y ventilarlos dignamente a lo largo de una novela es pasmosa. Uno de los autores jóvenes más interesantes de la novela española actual, lleva publicadas cinco (cuatro en la editorial Anagrama), de las cuales tres han merecido algún galardón (el premio Ramón J. Sender de la Universidad Complutense, finalista del premio Herralde y ganador del premio Torrente Ballester). Sin embargo, la discreción y naturalidad con la que lleva su oficio de escritor, lejos de aspavientos y de estridencias, y lo peliagudo de sus obras hacen que no tenga la repercusión en los medios y la atención que sin duda su labor merece.

Autor: admin 16 enero 2007

Eloy Sánchez Rosillo: Confidencias
Sevilla, Renacimiento, 2006
Selección y prólogo de A. Trapiello
Andrés Trapiello: El volador de cometas
Sevilla, Renacimiento, 2006
Selección y prólogo de E. Sánchez Rosillo
Andrés Trapiello: Oficio parvo (antología poética)
Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2006
Prólogo y selección de José Muñoz Millanes

El verdadero género de la poesía no es la oda, ni el himno, ni la epístola, ni menos aún la égloga o el epicedio, claro está, sino la antología. Aparte los acérrimos letraheridos, los fidelísimos devotos, el público conoce a los poetas, en la escasa medida en que los conoce, a través de las antologías. En otros tiempos circulaban cancioneros, flores y florestas, florilegios… que casi nunca eran antologías de un solo poeta, sino de varios. Hoy, si bien no falta, es más, abunda, este tipo de obras de criterio epocal, estilístico o temático, se le suele conceder más atención a la selección de autor, es decir, a las flores de un solo jardín. No hay autor consagrado que no cuente con un volumen de poemas escogidos, con una antología. O varias.

Autor: admin 15 enero 2007

Lisa See: El abanico de seda
Ediciones Salamandra, Barcelona, 2006

En los años sesenta, en plena revolución cultural, una anciana se desmayó en una estación de ferrocarril de un pueblo de China. Para saber quién era, la policía rebuscó entre sus pertenencias y encontró unos papeles escritos en un código secreto. Lógicamente, dados los tiempos que corrían, la mujer fue detenida y considerada espía. Los expertos en códigos, después de los consabidos análisis de esos textos, vinieron a concluir que aquella escritura no tenía nada que ver con las intrigas internacionales. En realidad se trataba de una lengua que, desde hacía más mil años, venía siendo utilizada únicamente por las mujeres, con el total desconocimiento de los hombres: el nu shu.

Autor: admin 13 enero 2007

Ricardo Martínez-Conde

Chamier le preguntó una vez a Goldsmith, el poeta, lo que quería decir al emplear la palabra slow (‘lento’) en uno de sus versos, a lo que este respondió: —Remoto, sin amigos, melancólico, lento”.

—¿Significa lentitud en los movimientos? —inquirió de nuevo. Y, ante su respuesta afirmativa, fue James Boswell el que contestó: 
—No señor, usted no quiso decir lentitud en los movimientos, sino esa indolencia en los movimientos (¿y en los pensamientos?) que le sobreviene a un hombre que se halla en soledad.

Pues bien, a tenor de este ejemplo, venido a medida respecto de lo que es, o ha de ser, la precisión en las palabras, y, por extensión, la interpretación de un gesto o actitud concreta (todo ello visto con carácter crítico en lo que supone de significación, de contenido espiritual), podríamos considerar la actitud reflexiva de aquel otro poeta cuya relevancia mayor fue su “lentitud en soledad”, su capacidad de introspección en todo aquello que hace a los códigos vitales del hombre, a fin de aproximarnos al posible significado de su meditado discurso.

Autor: admin 13 enero 2007

Eduardo Jordá

Cuando tenía once o doce años, me dio por caminar durante horas y horas por Palma, siempre sin rumbo fijo, siempre a la buena de Dios. Supongo que era una forma de combatir la turbulencia interior de la primera ado­lescencia, cuando uno se siente muy raro y busca en el mundo exterior alguna prueba de que la vida no es tan rara como uno empieza a temer que es. Durante aquellos paseos interminables, que duraban desde las tres de la tarde hasta las ocho o las nueve —hora de volver a casa, aunque eran tiempos tranquilos—, descubrí una Palma que no conocía en absoluto. Yo conocía El Terreno y el centro de Palma —y de forma muy imperfecta—, pero había barrios que solo conocía de oídas. El barrio antiguo, desde luego, con sus casonas decrépitas y sus aristócratas tambaleantes, no me interesaba demasiado. Que yo sepa, solo le interesaba a un chico muy esnob que soñaba con ser peluquero de señoras (lo juro) y que solía decir cuando hablábamos de chicas: