Autor: rafael 14 mayo 2011

Frágil (Eva Vaz)

Frágil (Antología 2001-2009)
Eva Vaz
Prólogo de Fernando Beltrán
Editorial Baile del Sol
Tenerife, 2010

Hay ocasiones en las que para comprender un libro plenamente hay que conocer algo de la vida del autor. No sé si ocurre eso con Frágil, el último libro de Eva Vaz, publicado en la tinerfeña Baile del Sol (2010), pero el libro se parece mucho a la persona que lo ha escrito: frágil, desde luego, y expuesta, como pocas personas que haya conocido, a la mirada de los demás. Frágil, expuesta e impúdica, como a ella le gusta decir. En este libro se nos ofrece toda una vida con sus bellezas, sus miradas, sonrientes o no, y sus tristezas.
Hay autores de antologías y otros de poesías completas. Eva Vaz ha publicado, antes que este, cuatro libros y, especialmente en los dos primeros se ha tratado de poemas que entraban en la línea de la llamada poesía de la conciencia que, en nuestra opinión, generalmente miraba el mundo sin demasiada profundidad. No era una poesía de autor, sino una poesía que trataba de acoplarse a cómo debía ser el mundo. Las relaciones humanas, el sexo como motor de ellas, será el principal de sus temas. En esto se anticipaba Eva Vaz, bastantes años, a lo que ahora escriben algunas de los poetas más jóvenes que quizá crean que innovan. El otro tema que comparten estas primeras páginas es la mirada sobre una infancia con momentos tristes, en los que ya, aun siendo una niña fuerte físicamente, se anticipa tanta fragilidad. En los dos poemarios siguientes nos encontramos el contacto con nuevos mundos poéticos, que le asoma a la poesía de la experiencia, mucho más obvia en el cuarto libro, Metástasis, su mejor libro hasta el momento. Porque Frágil recoge y ensambla los mejores momentos de toda su poesía, a la que ha añadido algunos poemas, hasta hoy inéditos, que ha estado elaborando estos últimos meses.

Autor: admin 1 septiembre 2007

Enrique Fuster del Alcázar

En el capítulo 59 de la 2.ª parte de la gran novela de Cervantes, la pareja protagonista llega a una venta que «Don Quijote llamó así, fuera del uso que tenía de llamar a todas las ventas castillos». Con la llegada de la noche se retiran a dormir y desde su aposento oyen que, en la habitación contigua, separada por «un sutil tabique», dos huéspedes se disponen a leer la segunda parte de un libro titulado Don Quijote de La Mancha, escrito por un tal licenciado Avellaneda. Al oír que en ese libro se pinta a su protagonista desenamorado de Dulcinea, Don Quijote protesta airado en voz alta y así surge una jugosa conversación entre los cuatro personajes. Sancho afirma que la única crónica verdadera de sus hazañas es la escrita por Cide Hamete Benengeli.