Antonio Moreno
El laberinto y el Sueño
Renacimiento, Sevilla, 2009
Como lector, una de las cualidades que más aprecio en la obra de Antonio Moreno es su virtud de cercanía; su don de ser siempre fiel a sí mismo; esa capacidad tan característica de su arte que nos permite de inmediato confiar en su palabra, y que nos mueve a aceptar sin prevención la veracidad y honestidad de lo que nos cuenta. Como escritor, Antonio Moreno está siempre, entero, en cada uno de sus libros; en cada párrafo o estrofa; en cada verso o frase, sin velo ni disfraces ni traición. Y la distancia imaginaria que parece existir siempre entre el escritor y el ser humano; entre quien escribe como personaje y la persona que sustenta esa escritura, se diluye en él con tal naturalidad que al lector, muchas veces, le resulta desarmante; y acaba teniendo la sensación de no hallarse ante un libro abierto, sino ante un hombre que nos habla y acompaña con las armas y las formas de un maestro o un amigo.