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Novedades en Crisis de Papel

  • A la altura de las circunstancias  Simon ArmitageAvión de papel. Poemas escogidos 1989-2014Traducción, prólogo y notas de Jordi DoceImpedimenta. Madrid, 2024. La poesía sigue un movimiento pendular: tiende a acercarse o a alejarse lo …
  • Ensueño napolitano  Juan Antonio González IglesiasNuevo en la ciudad nuevaVisor. Madrid, 2024. En la corte de los antiguos virreyes de Nápoles, había siempre un acompañamiento de poetas. Como Garcilaso, como Aldana, com …
  • Contra el tiempo  Miguel Sánchez-OstizGeografía de la venturaSelección y prólogo de Alfredo RodríguezBartleby Editores. Madrid, 2024. El deliberado silencio o la ruidosa polémica que acompañaron a muchas de las obras …

Novedades en Café Arcadia

Autor: admin 23 septiembre 2007

Susan Sontag: Cuestión de énfasis
Alfaguara, Madrid, 2007

«No estábamos mintiendo, sino que era una cuestión de énfasis», comentaba un funcionario de la Administración Bush en la ABC News refiriéndose a la forma en que la Administración norteamericana exageró la amenaza que Saddam Hussein suponía para EE. UU. No le cayó en saco roto a Susan Sontag (1933-2004), una neoyorquina seria y tenaz, comprometida con su tiempo más allá de las medias tintas: «Si no puedes poner tu vida donde está tu cabeza (corazón) entonces lo que piensas (sientes) es un fraude». Tras su célebre artículo escrito poco después de la tragedia del 11-S, en el que criticaba acerbamente la desconexión existente entre la realidad y lo que los medios de comunicación y políticos norteamericanos decían sobre la realidad, le llovieron palos de todos los frentes, se le acusó de odiar a su país, de ser una idiota moral, se le comparó con Bin Laden y Saddan Hussein e incluso hubo alguien que propuso confinarla en el desierto. Es importante tener esto en cuenta, así como sus largas estancias en Vietnam y en Sarajevo, para comprender que la respuesta estética de su escritura ha sido inseparable de su actitud ética.

Autor: admin 22 septiembre 2007

Thomas Mann: Hermano Hitler y otros escritos sobre la cuestión judía
Global Rhythm, Barcelona, 2007

Agrupados bajo un mismo propósito, el posicionamiento de Thomas Mann ante los asuntos relacionados con los judíos, su cultura y la nacionalidad alemana, desde la política del primer tercio de siglo xx, el Tercer Reich y las dos guerras mundiales, estos ensayos muestran con claridad lo que advirtió su hijo Klaus en sus tragicómicas memorias Cambio de rumbo. Comentando las Consideraciones de un apolítico, escrito por su padre en tiempos de la Gran Guerra, Klaus Mann hablaba de «flagrantes errores» en un libro que era «un documento de naturaleza extremadamente original, incluso única: desde un punto de vista literario, una obra maestra, un brillante tour de force; desde el punto de vista político, sin embargo, un desastre».

Sin pretender llegar tan lejos como Klaus, al leer estas intervenciones radiofónicas o los artículos escritos por encargo sobre la cuestión judía, traducidos por Rosa Sala Rose y que comprenden los años 1893-1948, resulta obvio que en el plano de la política no surgía el Mann más llamativo. El autor se muestra retórico, algo repetitivo e impreciso, y no obstante, con frecuencia su personalidad, con ese toque señorial y arrogante tan característico suyo, acaba imponiéndose por mucho que el texto sea de circunstancias y ahora nos resulte lejano e insustancial, como cuando niega tener ascendencia judía, tal como ha proclamado algún crítico de forma malintencionada.

Autor: admin 21 septiembre 2007

Antonio Rivero Taravillo: Viaje sentimental por Inglaterra
Almuzara, Córdoba, 2007

«Si mi carne igualara al pensamiento / jamás me detendría la distancia.» En estos versos de Shakespeare se concentra la llaga del viajero que no alcanzará su horizonte. El viajero es simple carne mortal; pero el sendero es siempre inmortal, el camino hacia la infinitud de una puesta de sol en el tiempo del olvido. Viajeros y lectores comparten la misma enfermedad de la vastedad. Acabado un viaje, el viajero ansía doblar la esquina de un próximo viaje, que quizá sea el periplo de un no retorno. Acabado un libro, el lector desea devorar otro libro más, porque siempre le atormentará la bulímica sensación de que aún queda mucho por leer. La patología irrefrenable del viaje y la literatura se da en Antonio Rivero Taravillo, poeta, traductor, ensayista y cronista de paisajes líricos como el que ofrece en este Viaje sentimental por Inglaterra.

En realidad el libro de Rivero Taravillo es un homenaje cubierto de hojas cobrizas y dedicado al autor del Tristan Shandy, Laurence Sterne. Sterne, escritor, sermoneador de conciencias y bisnieto del arzobispo de York, escribió en sus días su libro Viaje sentimental por Francia e Italia. En sus páginas daba cuenta de la tipología varia de los peatones que atraviesan la vida a sotavento de la más inquieta curiosidad, lo propio en quienes son culillos de mal asiento. Distinguía así entre viajeros ociosos, viajeros inquisitivos, viajeros mentirosos, viajeros vanidosos y viajeros melancólicos. Todos ellos acaban en una sola categoría, el viajero sentimental, adscripción que se otorga el propio Rivero Taravillo. De ahí el homenaje a Sterne. De ahí, en definitiva, este libro que es en cierto modo apéndice y coda del viaje sentimental que empezó por Francia e Italia y acaba, al menos de momento, en Inglaterra.

Autor: admin 20 septiembre 2007

Isidro Hernández: El ciego del alba
Pre-Textos, Valencia, 2007

Este es el tercer libro de Isidro Hernández (Tenerife, 1975), para muchos será el primero. Los dos anteriores, Trasluz (2000) y Árbol blanco (2002) publicados en la selecta colección Asphodel, editada en Tenerife, tan selecta como mal distribuida, ahora solo pueden consultarse rebuscando en algunas bibliotecas. El primero de esos libros es un cuaderno con doce breves trabajos que dibujan una poesía bajo la acogedora sombra de Valente y Sánchez Robayna, exaltada en la aspiración de una metafísica, algo escasa en los medios, trabada de metáforas y seriamente hermética. El segundo libro, Árbol blanco, seguía la misma línea hermética y trascendental, pero había unos pocos versos, liberados del peso de querer ser elevado, que ya prefiguraban al mejor Isidro Hernández. Me alegra poder recordar algunos versos de ese libro: «Llegan de los caminos / para saciar la sed que no puede saciarse / en el filo lanceolado de las hojas / para olvidar el peso / de todo lo que habremos de ignorar / hasta el cansancio». Por primera vez este poeta se nos ofrecía sin la barrera de una retórica excesiva, sin el peso de una estética, y resultaba que ese poeta era memorable.

Autor: admin 18 septiembre 2007

René Char: Común presencia
Traducción de Alicia Bleiberg
Alianza Editorial, Madrid, 2007

Común presencia es una selección propia de poemas, aparecida en 1964, que permite conocer una parte substancial de la lírica de René Char, ya unánimemente considerado como figura central de la literatura francesa contemporánea. Su obra fue publicada en la Biblioteca de la Pléiade a comienzos de los años ochenta. Esta antología se reeditó en 1978 y ahora amanece, con formato bilingüe, para conmemorar el centenario del autor. Había nacido el 14 de junio de 1907, en L’Isle-sur-Sorgue, un pueblo provenzal de pescadores. En él residió casi toda su vida. Se inicia precozmente en la escritura; apenas tiene quince años cuando escribe Las campanas sobre el corazón, un título de aprendizaje que el autor borrará de su bibliografía. Su estancia en la localidad natal solo se quiebra por algunos viajes, como el que realizó a París en 1929, cuando conoce y se adhiere al surrealismo; el libro de Paul Éluard, Capital del dolor, es el causante de una complicidad que languidece hacia 1934. La biografía personal está marcada por la ocupación alemana y por su alistamiento en la Resistencia, un tramo vital presente en libros como Hojas de Hipnos. Antes, fue solidario con la causa republicana española, y siempre manifestó una abierta oposición hacia los movimientos totalitarios; fue un crítico tenaz del desarrollismo tecnológico y sus efectos secundarios. A partir de 1946 casi desaparece de la escena pública y solo en contadas ocasiones concedió entrevistas o participó en eventos culturales. Char se niega a cualquier intento de poder literario, incluso cuando se especulaba con la candidatura al premio Nobel. Hace de la soledad una regla de existencia, el destino se cumple lejos de la coacción del grupo.

Autor: admin 18 septiembre 2007

Adam Zagajewski: Antenas
Traducción de Xavier Farré
El Acantilado, Madrid, 2007

Tras la primera lectura, un breve recorrido por los poemas más significativos de Antenas, último libro de Zagajewski publicado en España y cuya edición original es de 2005, confirma la visión que ya tenía del autor. La melancolía, no tanto como actitud vital o temperamento cuanto como proyección hacia el pasado, es una atmósfera suave que envuelve a la obra en general. Así, el primer texto de la misma rinde homenaje a alguien, una vieja profesora de dicción que se jubila, que no solo es un personaje concreto de la experiencia del poeta. También, con esa «elegancia un tanto anticuada», un fragmento, un símbolo de ese tiempo que se imagina uno menos envilecido y atropellado democráticamente. Resto del naufragio de cierta escala de valores a los que la nueva barbarie tilda de caducos: «Ahora nos quedaremos solos. / Maltrataremos la lengua y los labios».

Se invoca en otro poema «a la musa de la lentitud», y es una reacción frente al vértigo de la modernidad; una apuesta, entre líneas, a favor del placer, del paladeo de las pequeñas sensaciones, del trabajo bien hecho que no se doblega a reclamos imperiosos como la competitividad, la búsqueda a ultranza de lo novedoso en un afán, pueril, de ir siempre más lejos, aunque no se sepa adónde… Tradición, sí, entendido el concepto en su sentido más noble, es una de las palabras clave a la hora de definir la poética de Zagajewski.

Autor: admin 17 septiembre 2007

Cristina Peri Rossi: Cuentos reunidos
Lumen, Barcelona, 2007

Cristina Peri Rossi reúne ahora en un solo volumen todos sus relatos, procedentes de otros libros y algunos inéditos. La portada del libro refleja fielmente toda esa multitud de personajes que luego nos encontramos, cuyos sombreros de colores diversos y el rostro que no vemos nos lleva a preguntarnos por sus vidas, sus anhelos, miedos y deseos. Este poder de atracción, de despertar nuestra curiosidad, de sumergirnos en historias que aún desconocemos, es una de las principales virtudes que descubrimos en este libro nada más abrirlo. La autora nos confiesa en el prólogo: «Es un género que amo, como lectora y escritora, al que regreso siempre, y al que seré fiel durante toda mi vida. Me gusta la gramática del cuento, su estructura, su brevedad (he escrito algunos relatos largos también) y el hecho de que hay que prescindir de lo accesorio, de lo poco significativo. La mayoría de las veces mis personajes, como los de Kafka, no tienen nombre, porque sería un dato innecesario: el relato tiene una economía tan implacable como la poesía».

Autor: admin 16 septiembre 2007

Mario Levrero: Dejen todo en mis manos
El discurso vacío
Caballo de Troya, Barcelona, 2007

No es la primera vez que se edita en España al uruguayo Mario Levrero, a pesar de que por aquí este autor sea prácticamente un desconocido: ya Plaza & Janés, sello perteneciente al mismo grupo editorial (Random House Mondadori) que Caballo de Troya, publicó en 1999 y en 2000 La ciudad y El lugar, respectivamente. Y vale ahora decir aquello de más vale tarde que nunca, porque la primera obra fue publicada originariamente en Uruguay en 1970 y la otra en 1984. En este segundo intento, también doble, por introducir en nuestro país la obra de este escritor, muerto en 2004, se han elegido dos novelas muy diferentes (ambas de 1996), quizá reflejo de esa personalidad de hombre orquesta que parecía caracterizarlo: profesor de escritura en talleres literarios, fotógrafo, guionista de cómic, librero, humorista, redactor jefe de revista «de perfil inclasificable», columnista, colaborador en publicaciones de ciencia ficción y escritor de numerosas obras.

Autor: admin 16 septiembre 2007

Lino González Veiguela

«República Autónoma Socialista de Komi, mil kilómetros al noroeste de Moscú. Taiga, pantanos y noche, noche blanca. Un tren pasa resoplando, serpenteando por la vía plateada. Era un tren viejo y conocía bien el camino. Transportaba a trabajadores búlgaros que viajaban a esta tierra inhóspita para intentar ganar algún dinero, o al menos eso creían». Así comienza la novela Hambre de perro (Texto Editores, 2006) del escritor búlgaro Christo Saprjanov, una obra que se inscribe en la tradición rusa de la literatura escrita sobre Siberia.

Estamos a mediados de la década de los ochenta. Las autoridades soviéticas ya no deportan a los disidentes al Gran Norte, pero como se sigue necesitando mano de obra esta es reclutada en las repúblicas más pobres del Imperio Soviético. Saprjanov fue uno de los miles de búlgaros que voluntariamente decidieron abandonar su tierra en busca de un salario que nunca hubiesen podido ganar en su patria.

Autor: admin 15 septiembre 2007

Martín López-Vega

(Os envío el siguiente texto por si os parece que puede cuadrar en algún número de Clarín. Lo había escrito para la antología que está preparando Juan Carlos Abril, pero hoy me ha puesto un mail diciéndome sin ningún pudor: «Querido Martín, leo estos días tu poética y veo algunos puntos para señalarte: te metes con Villena, con Caballero Bonald, con Sánchez Robayna, con Manuel Rico y hasta conmigo. He suprimido esas partes con mucha delicadeza, apenas se nota, y no afectan al texto». No sé que me ha alucinado más, si la censura descarada o ese tono paternal que tal parece que no soy consciente de con quién me meto.

Le he dicho que retiraba los textos de la antología, claro, que no quiero que me incluya, y me ha contestado: «Tienes otros foros donde descargar tus filias y tus fobias, no me comprometas ni me chantajees en mi libro, ¿tú me entiendes?»