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Novedades en Crisis de Papel

  • A la altura de las circunstancias  Simon ArmitageAvión de papel. Poemas escogidos 1989-2014Traducción, prólogo y notas de Jordi DoceImpedimenta. Madrid, 2024. La poesía sigue un movimiento pendular: tiende a acercarse o a alejarse lo …
  • Ensueño napolitano  Juan Antonio González IglesiasNuevo en la ciudad nuevaVisor. Madrid, 2024. En la corte de los antiguos virreyes de Nápoles, había siempre un acompañamiento de poetas. Como Garcilaso, como Aldana, com …
  • Contra el tiempo  Miguel Sánchez-OstizGeografía de la venturaSelección y prólogo de Alfredo RodríguezBartleby Editores. Madrid, 2024. El deliberado silencio o la ruidosa polémica que acompañaron a muchas de las obras …

Novedades en Café Arcadia

Autor: admin 16 noviembre 2008

Pelayo Fueyo
Poesía completa
Pre-Textos, Valencia, 2008

Cabría preguntarse por qué la obra de Pelayo Fueyo (Oviedo, 1967) no ha alcanzado el puesto que merecía en la poesía española. Es cierto que figura en algunas antologías importantes y que sus últimos libros han sido publicados por editoriales de primera línea. Pero, con todo y con eso, su trascendencia está por debajo de su calidad y no es el nombre indiscutible que debería ser. Si la poesía es un género minoritario, y parece ser que lo es, Pelayo Fueyo es aún más minoritario: acaso un poeta de culto, apreciado por unos pocos; un raro entre los raros.

Fueyo ha publicado ahora su Poesía completa (tal es el soso título) y quizá sea esta una estupenda oportunidad para darse a conocer entre un público más amplio. Es la ocasión, al menos, de revisar una obra llena de complejidades, coherente consigo misma desde los primeros textos a los últimos; una obra que se nutre de pensamiento y de experiencia y de la propia literatura para ir siempre un poco más allá de lo inmediato, de lo evidente y consabido.

Autor: admin 14 noviembre 2008

Eloy Sánchez Rosillo
Oír la luz
Tusquets, Barcelona, 2008

Existe una poesía elegiaca que nace de la pérdida o de la despedida y tiene en el pasado su horizonte; en ella rememorar es una forma de persistir, el poema es portavoz que restituye experiencias. Y existe una poesía elegiaca del ahora, que celebra el ritmo natural de la vida y la presencia de elementos visibles; las cosas son y están. A esta segunda categoría pertenece el extenso poemario Oír la luz, de Eloy Sánchez Rosillo (Murcia, 1949), que inicia itinerario con Maneras de estar solo, título reconocido con el Premio Adonais en 1977, y que ha compilado buena parte de su lírica en Las cosas como fueron (Poesía completa (1974-2003). Un libro posterior, La certeza, obtuvo en 2005 el Premio Nacional de la Crítica.

Autor: admin 13 noviembre 2008

Fernando Sanmartín
Heridas causadas por tres rinocerontes
Xordica, Zaragoza, 2008

Miguel Mena
Piedad
Xordica, Zaragoza, 2008

Un niño enferma de repente, otro nace con el síndrome de Angelman. Sus padres están desprevenidos, no saben cómo comportarse ante el infortunio. Los dos son escritores. Han publicado relatos, novelas, poemarios, artículos. Saben utilizar las palabras para dar cuenta de la realidad y de la fantasía, del pasado y del presente, ahora no son capaces de reaccionar, la situación les sobrepasa. Mientras el reloj marca las horas y los días, mientras pierden el sueño y se desesperan, mientras su control sobre el lenguaje se va desvaneciendo poco a poco, descubren lo fácil que es perder la identidad, comenzar a ser una persona diferente, insegura. Joan Didion era una escritora intelectual —y fría— hasta que la desgracia la convirtió en otra cosa. «Te sientas a cenar, y la vida que conoces se acaba». Llegó a casa con su marido, después de una visita al hospital donde su hija estaba en coma, y de pronto él se desplomó. «No hagas eso», le dijo ella. Pero él no pudo contestar, había sufrido un ataque al corazón, repentino y severo, el último. Lo más doloroso, al recordarlo todo, fue la aparente naturalidad de cuanto había sucedido antes. «Te sientas a cenar, y la vida que conoces se acaba». Así es como suelen escenificarse las peores catástrofes, Hiroshima o el 11 de septiembre de 2001, a plena luz de un día radiante y en apariencia tranquilo. También es así como se acusan los golpes definitivos, esos que van acumulándose y que convierten a un hombre en un desecho, en un moribundo con apenas tiempo para expresar su última voluntad o para relatar lo que le ha pasado.

Autor: admin 13 noviembre 2008

Natalia Carrero
Soy una caja
Caballo de Troya, Barcelona, 2008

El primer libro de Natalia Carrero es un estupendo ejercicio, más propio de un taller literario que como producto de librería. Quizá sea ese parte del encanto con el que juega la «novela», por llamarla de alguna forma. Nadila, la protagonista de la historia, es el alter ego de Natalia Carrero, una joven con inquietudes literarias que acude a un taller. Allí le recomiendan la obra de la escritora brasileña Clarice Lispector, adalid de literatura psicológica, difícil e intimista.

Sobre esta base, Nadila va construyendo su primer libro, que resulta ser el mismo que el lector tiene entre las manos. El eje vertebrador es la biografía y la obra de Clarice Lispector, lo que podría hacer pensar en un ensayo de carácter literario, pero el desarrollo de Soy una caja implica a la propia narradora que, al ir descubriendo a Clarice Lispector, se descubre a sí misma como una caja donde queda mucho que introducir, y también algunas reflexiones que sacar.

Autor: admin 13 noviembre 2008

Andrés Barba
Las manos pequeñas
Anagrama, Barcelona, 2008

Ya desde la portada, con la reproducción de esa fotografía de la genial Diane Arbus, esos niños con las caras tapadas, ocultos los rostros con una especie de siniestras bolsas de cartón, máscaras que ocultan menos de lo que muestran, se intuye por dónde pueden ir las cosas. No es una historia inocente: así lo sabemos ya. Y sí, efectivamente, por ahí van los tiros. No falla la intuición.

No hay engaño, no hay doble cara, ni dobleces. La inocencia se pierde ya en esa primera línea, magistral: «Su padre murió en el acto, su madre en el hospital». A partir de ahí, comienza el viaje sin retorno, la aventura salvaje, todo cuesta abajo, el despojamiento de cualquier atisbo de inocencia, de cualquier rasgo de dulzura. El terror cotidiano, como tan magistralmente supo retratar Diane Arbus en sus fotografías, hace su aparición, la belleza cruel de todo eso, también. Aquellas fotografías de marginados que no escogieron su destino, de travestis en sus destartalados camerinos, de subnormales, de nudistas, de perdedores sin redención. La otra cara de América, la otra cara del mundo. Y también, como aquí, fotografías de niños. Niños raros, particulares, especiales. Niños nada inocentes. Siniestros, en ocasiones. Casi diabólicos, en otras. Muñecos a la deriva, existencias al límite, desposeídas del lado bueno de la vida. Como la de ella, Marina, siete años aún, la protagonista de esta terrible historia, que contiene toda la violencia del ser humano, la soterrada y también la que está ahí, al alcance de nuestros ojos.

Autor: admin 12 noviembre 2008

Mara Meimaridi
Las Brujas de Esmirna
Berenice, Córdoba, 2008

Una joven griega recibe una peculiar herencia de su tía Catina, se trata de un baúl lleno de libros entre los que descubre no solo recetas de cocina y consejos domésticos sino también todo tipo de conjuros y sortilegios para obtener aquello que se proponga. En los libros se encuentran los secretos que condujeron a las mujeres de su familia a ocupar un puesto privilegiado en la ciudad de Esmirna. De la mano de su madre, Eftalía, Catina elabora un minucioso plan para conseguir el poder, abandonar la miseria y transformarse en una de las mujeres más importantes de la ciudad. Con sus conjuros, hechizos y astucia logra ascender hasta convertirse en la mujer más envidiada y temida de Esmirna. Atarti, su guía, quien le mostró sus poderes y le enseñó cómo utilizarlos, la acompaña y la protege en su camino.

Autor: admin 11 noviembre 2008

Juan Pedro Aparicio
El juego del diábolo
Páginas de Espuma, Madrid, 2008

A la ya concurrida nomenclatura (minicuento, microrrelato…) que pretende definir el género más exiguo de la prosa, Juan Pedro Aparicio añade una aportación más, relato cuántico, atendiendo a que la cantidad de energía es «proporcional a la frecuencia de la radiación emitida o absorbida», o lo que es lo mismo «el cuántico más pequeño sería aquel que contuviera una materia oscura más grande». Como se sabe, el principal mecanismo del género es la elipsis, y los cuantos escapan a la «física convencional o newtoniana».

Presentado como complemento o reflejo de su compilación anterior, La mitad del diablo, la relación no se limita a la gradación de mayor a menor extensión y viceversa, sino que en esta segunda colección se problematiza el constreñimiento que supone atenerse al juego malabar de inventar relatos sujetos a tan estrictas condiciones. Así, las visitas al psiquiatra que interpretará sus sueños de narrador-nadador tienen por objeto liberarle de la angustia que le supuso concluir el libro anterior, de trescientos treinta tres relatos, la mitad del número de la bestia; también al concluir este se confesará vacío, consumido.

Autor: admin 10 noviembre 2008

Danilo Kis
Circo familiar
Traducción de Nevenka Vasiljevic. Acantilado, Barcelona, 2007

Hace algún tiempo, a propósito de la publicación de Una tumba para Boris Davidovich, definimos a Danilo Kis como un «escritor total», ya que en sus libros se obraba una prodigiosa conjunción de talento narrativo, solidez arquitectónica y, sobre todo, una portentosa capacidad expresiva para alcanzar ciertas fibras que el lector suele tener medio ocultas, a la espera de que las active una prosa fría y nerviosa, inteligente y sensual, musculosa y reflexiva a un tiempo. En definitiva, una mezcla de artesano y genio, de orfebre y humanista, de técnico y esteta. Nada fácil de encontrar, por cierto.

Ahora, la aparición de Circo familiar corrobora y acrecienta, si es que es posible, aquella impresión: Danilo Kis es, sin ningún género de dudas, uno de los grandes autores del siglo pasado; uno de esos raros escritores cuyos libros, cuando caen en nuestras manos, nos inoculan de inmediato, con la energía de una descarga eléctrica y la ternura de un soplido dulce al oído, la inequívoca sensación de que estamos protagonizando un acontecimiento.

Autor: admin 9 noviembre 2008

Patrick McGrath
Ciudad fantasma. Historias de Manhattan de ayer y de hoy
Traducción de Fabián Chueca. Herce, Madrid, 2008

En una amplia entrevista con Guy Landreau venía a decir el historiador George Duby que la Historia no es más que el flujo de los hechos históricos recuperados a placer por la imaginación del historiador. Bueno, no me hagan mucho caso, la cita no es literal y quizá George Duby no diría «recuperados a placer», pero también podría decirlo, porque era muy bueno en el oficio de historiar y en el de contar, quiero decir, aunque sobren las aclaraciones, que sabía manejar el archivo y la pluma. El caso es que tomando como referencia esa cita de Duby se puede entender que Ciudad fantasma, el libro de relatos de Patrick McGrath, es Historia, y desde luego de la que se lee con mucho agrado.

Autor: admin 8 noviembre 2008

Santiago Rodríguez Guerrero-Strachan

En los inicios, cada vez más oscuros, más lejanos, se encuentran Lady y Pres en lo más dulce de su carrera, cuando viajaban en un autobús nuevo, de cromado reluciente, por las carreteras interminables, de estado en estado, y tocaban en los mejores clubes de jazz de toda la nación. La película que vi en una noche del invierno soriano estaba interpretada por la genial Diana Ross. De los días de gloria al descalabro, la agonía de la decadencia y el triste anonimato de sus últimos días. Pero importaba entonces, y ahora, aquel autobús, la figura de Lester Young con el saxofón en la mano y ella, la gran diva, en un viaje por las carreteras interminables de Estados Unidos. En otro momento, y lo de menos es la sucesión temporal, aparece American Graffiti. Los coches que pasean sin fin ni sentido por las carreteras de la ciudad, el Hombre Lobo radiando canciones por las ondas de la emisora local, la noche del último verano, y todo lo que se queda allí. Lo que haya podido venir después son añadidos de importancia menor, aunque algunos de extraordinaria calidad, tal Las uvas de la ira de John Steinbeck, algunas otras películas, todas las canciones de Elvis Presley, o una juventud que miraba a otras latitudes.