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Novedades en Crisis de Papel

  • A la altura de las circunstancias  Simon ArmitageAvión de papel. Poemas escogidos 1989-2014Traducción, prólogo y notas de Jordi DoceImpedimenta. Madrid, 2024. La poesía sigue un movimiento pendular: tiende a acercarse o a alejarse lo …
  • Ensueño napolitano  Juan Antonio González IglesiasNuevo en la ciudad nuevaVisor. Madrid, 2024. En la corte de los antiguos virreyes de Nápoles, había siempre un acompañamiento de poetas. Como Garcilaso, como Aldana, com …
  • Contra el tiempo  Miguel Sánchez-OstizGeografía de la venturaSelección y prólogo de Alfredo RodríguezBartleby Editores. Madrid, 2024. El deliberado silencio o la ruidosa polémica que acompañaron a muchas de las obras …

Novedades en Café Arcadia

Autor: admin 21 marzo 2009

Roger Wolfe
Noches de blanco papel (Poesía completa 
1986-2001)
Huacanamo, Barcelona, 2008

Con Noches de blanco papel, el joven sello Huacanamo inicia la andadura de la colección Alambique, dedicada a recopilar la obra completa —o casi completa— de poetas contemporáneos. Este libro reúne la producción lírica de Roger Wolfe desde 1986 hasta 2001, por lo que sólo se han excluido algunas composiciones primerizas y el cuadernillo de poemas en prosa Vela en este entierro (2006). El volumen continúa así la recuperación editorial emprendida por antologías como El invento (2001), coordinada por Emilio Carrasco y Aurora Luque; la reciente Días sin pan (2007), compilada por Karmelo C. Iribarren, o la reedición crítica, a cargo de Juan Miguel López Merino, de los dos primeros libros del autor: Días perdidos en los transportes públicos seguido de Hablando de pintura con un ciego (2004). El propio Wolfe matiza en la «Nota» previa a estas Noches de blanco papel que ha introducido cambios puntuales en determinados textos, aunque sin traicionar la «mirada de las versiones originales». Esa versión original —en ocasiones con subtítulos— le permite al lector rectificar prejuicios sobre aquella entelequia llamada realismo sucio o seguir en sus trece con conocimiento de causa. De hecho, Wolfe ha tenido que lidiar desde sus comienzos con un marbete que ha sido a un tiempo salvoconducto y sambenito: afortunado comodín para algunos críticos, difamatoria letra escarlata para otros y caprichosa aguja de marear para los restantes. Más allá de filias y fobias, la poesía de Wolfe requiere una lectura sin anteojeras que sólo se puede conseguir con un volumen abarcador como el que aquí se comenta.

Autor: admin 21 marzo 2009

Laura Casielles
Soldado que huye
Ediciones Hesperya, Oviedo, 2008

Cuenta la leyenda que en pleno fragor de la batalla de Alcazarquivir, con su caballo muerto, el poeta Francisco de Aldana se cruzó con el rey don Sebastián, que le instó a tomar otro animal para seguir combatiendo. «Señor, ya no es tiempo sino de morir, aunque sea a pie», parece que le respondió antes de lanzarse, espada en mano, a la última partida. En el extremo opuesto a esta épica romántica, Soldado que huye, primer libro de la asturiana Laura Casielles (Oviedo, 1986), habla del guerrero que sabe resignarse y bajar las armas a tiempo, y deja «para otros el filo traidor de las medallas». Porque soldado que huye, como en el refrán, vale para segunda guerra, para segunda vida. Esta metáfora potente recorre una obra que sorprende por su madurez, sus referencias y su carácter unitario.

Autor: admin 21 marzo 2009

Dionisía García
Cordialmente suya
Renacimiento, Sevilla, 2008

Hay poetas de referencia con los que una ha ido creciendo vital, ética y poéticamente. Este es el caso de Dionisia García (Fuente-Álamo, Albacete, 1929), por eso nada nos agrada más que enfrentarnos a esta amplia muestra que la poeta nos ofrece con el título de Cordialmente suya. La antología, impresa con la calidad que caracterizan a todas las publicaciones de Renacimiento, recoge poemas de sus once libros publicados hasta ahora.

A lo largo de los años transcurridos desde la publicación de El vaho de los espejos —obra inicial de esta autora, editada en 1976— su obra, no solo poética, ha ido siendo reconocida por críticos y estudiosos como una de las más importantes dentro del panorama español de los últimos treinta años y asentándose en él por derecho propio, a pesar de los posibles inconvenientes que el hecho de publicar su primer libro más tarde de lo que lo hicieran muchos de los miembros de su generación —la segunda de posguerra— pudieran haberle ocasionado. Esta tardanza le permitió conectar con una línea de claridad expresiva que, alejada del culturalismo más recalcitrante o la fiebre de las neovanguardias dominantes, por aquellos años algunos jóvenes poetas empezaban a manifestar en sus poemas y con la cual la autora siempre encontró afinidad.

Autor: admin 21 marzo 2009

Clara Janés
Fósiles
E.D.A., Málaga, 2008

Sin duda, este no es un libro cualquiera de poemas, se trata de una pieza única e irrepetible que al tenerla entre nuestras manos nos deslumbra como una piedra preciosa; una obra de exquisita edición que nos ofrece un libro de poemas de Clara Janés ilustrados de forma detallada, con todo mimo y cuidado, por los grabados de Rosa Biadiu, como si en cada página un nuevo misterio se desvelara en imagen y verso. En la parte final del libro encontramos los manuscritos originales de estos poemas, escritos por la propia autora con su estilizada letra, como de carta decimonónica (qué placer hallar algo así en un libro, algo casi olvidado ya por todos, la letra que nos define y nos marca, que en realidad ha dado forma al verso de forma artesanal desde tiempos inmemoriales: tan sólo las manos y la página en blanco). Destacamos por tanto el inmenso placer que supone entregarnos a la lectura de estos versos y acariciar con los dedos un objeto tan bello como puede ser, y de hecho lo es en este caso, de forma rotunda, un libro de poemas.

Autor: admin 21 marzo 2009

Jon Bilbao
Como una historia 
de terror
Salto de página, Madrid, 2008

«Una casa grande, un entorno sin límites visibles, extinguidos por el mal tiempo, y de pronto la proximidad del otro parecía algo de lo que no era posible librarse». «Como una historia de terror», el relato más extenso y el que da título al nuevo libro de Jon Bilbao, supone una revisión de terrores ancestrales: «El bosque no puede hacerlo todo por sí mismo. Es anciano y, a su particular modo, muy poderoso, pero también posee una escasa movilidad, […] solo puede atravesar estas paredes acristaladas en el plano de los sueños. Pero incluso para eso requiere ayuda. Con tal misión entra en juego vuestro maravilloso vecino jorobado. Podemos considerarlo el guardián del bosque, el vestigio viviente de una anciana religión no moral, cuyos dioses son la madera, el follaje y el humus». Con precisión de relojería se ajustan los mecanismos necesarios: un matrimonio sin hijos pero con perro que decide aislarse en un entorno en principio idílico y poco a poco angustioso, una naturaleza oníricamente hostil, una actualización de las casas encantadas, y un desenlace que aúna, sin menoscabos, la línea fantástica con la instrospección psicológica y el análisis de las relaciones humanas. Porque si hay un elemento común a todos los relatos, de muy distinta índole y extensión, estilema del autor desde su anterior novela, El hermano de las moscas, es el interés y la habilidad que muestra en el manejo de los vínculos sociales: conversaciones que encierran un estado latente de revelación o explosión, silencios que implican una información primordial, malentendidos que llevan a nuevas y más auténticas realidades.

Autor: admin 21 marzo 2009

José Antonio Garriga Vela
Pacífico
Anagrama, Barcelona, 2008

La vida, en este país, durante la década de los sesenta, no era fácil. Todo tenía ese tono gris, tibio, deprimente y decididamente cutre que pocas series y películas actuales, por mucho que se empeñen, consiguen reflejar fielmente. Siempre, por unas causas u otras, acaban deformándolo, suavizándolo, edulcorándolo. El mundo, aquel mundo, bajo la dictadura, bajo la fuerza de la mano dura, bajo las leyes de un sistema forzosamente impuesto, siempre estrechamente relacionado con la Iglesia católica más siniestra y reaccionaria, terminaba siendo bien injusto para los perdedores, para los diferentes, para una buena parte de la sociedad. Un feo blanco y negro, tan diferente al luminoso blanco y negro de aquellas películas americanas que conseguían hacer los sueños un poco más cercanos y la vida un poco más llevadera, terminaba por inundarlo, por masacrarlo todo. Ahí, en ese tiempo, arranca la historia de esta familia.

Autor: admin 21 marzo 2009

Liz Jensen
Guerra en la familia
Tusquets, Barcelona, 2009

La ilustración de la portada de este libro nos ofrece una imagen que refleja hábilmente las aparentes contradicciones que surgen en momentos límite como los marcados por una guerra, el horror cotidiano junto a un deseo implacable, más allá de la mera supervivencia, de vivir de un modo intenso todas y cada una de las experiencias que la vida nos propone. En ella vemos a una mujer cuyo uniforme del Auxiliary Terriorial Services delimita sus curvas y que, sin embargo, luce con cierta coquetería las uñas pintadas y un sensual gesto en el que se mira en el espejo mientras peina su melena con orgullo, lejos de las restricciones y carencias que la guerra impone. Es en este gesto de rebeldía individual, de lucha por mantener cierta perspectiva realista pero sin descuidar esa ilusión y fe inquebrantable de toda joven, de obstinación en vivir intensamente esa juventud pese al ruido de las bombas y el deseo inquebrantable de descubrir el mundo aún entre escombros, donde encontramos las claves que describen a la protagonista de esta historia: Gloria. Se trata de una anciana deslenguada, mordaz, sarcástica, cuya memoria presenta considerables lagunas pero que mantiene intacto su sentido del humor, el gusto por contar chistes y por el sexo. Gloria recuerda fragmentos de su historia, el momento en el que la guerra cambió su vida para siempre, la relación con su hermana, la desaparición del padre, el joven soldado estadounidense del que se enamoró locamente y una serie de secretos que creía haber enterrado para siempre y a los que ha de enfrentarse ahora. Los fantasmas del pasado se manifiestan en diversas formas, en cualquier momento, tan solo es posible librarse de ellos desenterrándolos; en la sombra se hacen fuertes, con la luz se desvanecen.

Autor: admin 21 marzo 2009

María José Codes
Control remoto
Calambur, Madrid, 2008

Cuando las vidas, los lugares o las cosas se van vaciando de realidad, de utilidad o de sentido, se van al mismo tiempo llenando de fantasmas. Los fantasmas constituyen el último sortilegio del que la naturaleza en general y la naturaleza humana en particular se sirven para conjurar su horror al vacío. Uno de los fantasmas más difundidos en contra de ese horror es la creencia de que la tecnología proporciona capacidad de control sobre la realidad. La novela que aquí reseñamos, Control remoto, ópera prima de María José Codes (galardonada con el premio Río Manzanares 2008), constituye un lúcido mentís a tan divulgada superstición. Jana, protagonista y voz narradora del relato (y el nombre ya anticipa la actitud bifronte del personaje), mantiene desde hace siete años una relación con Martín, sustentada en la esperanza de que éste deje a su esposa, y acaso secretamente acomodada en la certeza de que tal cosa nunca ocurrirá. Movida por la curiosidad, el tedio o la necesidad de tomar algún tipo de iniciativa en su vida, ha entablado una relación amistosa con Elena, la esposa de su amante, que mantiene a espaldas de éste bajo el supuesto nombre de Luisa. El nódulo intersubjetivo de este triángulo constituye pues un engaño a tres bandas de cuyas implicaciones globales sólo Jana parece hallarse al corriente. Durante las vacaciones del matrimonio en Creta, Jana se comunica con ambos valiéndose de dos teléfonos móviles, uno para cada interlocutor, con los cuales piensa ejercer un control a distancia sobre su relación y sobre los seres que, de forma activa o pasiva, se hallan implicados en ella. Debido a este engaño tripartito, Jana cuenta, al menos sobre el papel, con la ventaja de que cada uno de sus interlocutores se comunicará con ella a espaldas del otro. Pero no prevé la circunstancia de que cuando uno se distancia para llamarla, el otro queda en una tesitura favorable para hacer lo mismo, lo cual provoca que a menudo las llamadas de su amante y de la esposa de este, rival y a la sazón segregada amiga, se produzcan de forma simultánea generando una enorme tensión en Jana, cuya excesiva vigilancia y obsesiva expectación le colocan de continuo en trance de quedar doblemente desenmascarada a los ojos de sus engañados interlocutores. Esta fisura en los planes de control de Jana dará lugar a situaciones de angustia e intriga y, en ocasiones, a escenas que rozan lo vodevilesco. Mensajes ambiguos que aluden a envíos previos transferidos al limbo; llamadas rechazadas o perdidas; fragmentos inconexos; ráfagas de conversación percibidas a través de aparatos que, hostilmente sumisos, se permiten todo tipo de iniciativas e insurgencias; revelaciones postergadas; interlocutores inesperados y versátiles silencios forman todo un complejo intersubjetivo cuya unidad se va alternativamente componiendo y descomponiendo, y al que Jana, colocada siempre en el borde, en la orla de la comunicación, desde la esperanza o la desesperación, trata obsesivamente de dar sentido.

Autor: admin 21 marzo 2009

Inmaculada de la Fuente

Carmen Laforet sigue siendo la voz más misteriosa de la literatura española del siglo xx. Guardó para sí zonas de sombra, enigmas personales y literarios que no quiso compartir con nadie ni revelar en vida. Selló de tal modo algunos de sus secretos que ni siquiera ella misma se atrevió a abrirlos más tarde. Se replegó en el silencio en la segunda parte de su vida, años después de haber escrito Nada, un icono de la literatura de la posguerra, algunas novelas más, diversos relatos y libros de viaje. Pasó del resplandor a la penumbra por propia voluntad. Marcó a varias generaciones de lectores que quisieron saber más de una autora que les fascinaba y a la vez se les desvanecía, incitándoles a seguir su huella. Hasta dibujar en el imaginario colectivo una figura tan mítica como inalcanzable.

Nada obtuvo el primer premio Nadal (1945) y revolucionó no sólo el mundo literario sino la vida misma de Carmen Laforet. Cualquier historia de posguerra empalidece ante esta brillante y asombrosa novela escrita en 1944 por una universitaria de 23 años. En pocos días, se vio encumbrada como escritora de un talento singular, como si ya estuvieran en sus manos los logros que sólo consigue un autor maduro. En parte se debió a su juventud y a su condición de mujer, pero sobre todo a la inusual perspectiva desde que escribió Nada. Una nueva edición de Destino ofrece en estos días esta novela mítica que cada vez que se relee aporta algo inesperado, como si admitiera diversas lecturas. ¿A qué se debe tal milagro? Sin duda a la frescura de su prosa y al estado de gracia en que Laforet la escribió.

Autor: admin 12 marzo 2009

Richard Yates
Las hermanas Grimes
Alfaguara, Madrid, 2009

Los cinéfilos agraciados con el don de almacenar información inútil —lo que incluye a muchos o a casi todos— quizá recuerden una escena de Hannah y sus hermanas en que Barbara Hershey agradece a Michael Caine que le haya prestado un libro de Richard Yates titulado Desfile de Pascua. Bien, pues Desfile de Pascua y Las hermanas Grimes —novela objeto de la presente reseña— son el mismo libro. El motivo del cambio de título puede ser, quizá, que la novela está protagonizada por dos hermanas que se apellidan Grimes. Otro motivo puede ser que de esta forma el título suena más femenino, y como las mujeres son las principales clientas de las librerías…

Las tripas de la novela, eso sí, siguen siendo las mismas. Y es una suerte, porque se trata de una obra más que notable. Es comprensible que Barbara le agradezca a Michael el habérsela prestado.