Autor: admin 16 julio 2009

Inmaculada de la Fuente

La voz y la figura de Constancia de la Mora Maura han sido rescatadas del olvido en los últimos años, pero las sombras que planean aún sobre su trayectoria alimentan una visión enigmática y todavía tópica de la nieta comunista de Antonio Maura. No es fácil despojarla de la leyenda que la acompaña. Su apoyo sin fisuras a la II República, su labor de propaganda al frente de la oficina de Prensa Extranjera y su matrimonio con el jefe de la Fuerza aérea, Ignacio Hidalgo de Cisneros, dotan a su figura de un halo de ficción, como si faltaran aún cabos sueltos para entender de modo cabal su biografía. O como si una trayectoria tan singular y novelesca exigiera una constante revisión. En consecuencia, la nieta republicana de Maura sigue siendo una desconocida, no solo por su exilio en México, donde sus convicciones comunistas experimentaron una sutil transformación, sino por esa visión borrosa y fragmentada que nos ha legado ella misma. Un retrato en penumbra que convive con otros rasgos de su carácter más contrastados, los de una militante entusiasta e implacable.

Autor: admin 15 julio 2009

Ana Rodríguez Fischer

Pocos —o ninguno— de quienes lo hayan leído cuestionará que en el holandés Cees Nooteboom (La Haya, 1933) tenemos una impar expresión de la figura del escritor, viajero contemporáneo, tal vez solo igualada en originalidad e intensidad por las de los fallecidos Chatwin y Sebald. En Hotel Nómada (Siruela, 2002) —libro que reúne un conjunto de muy variados relatos de viaje por los confines del Sáhara, la tierra lunar de Malí, La Bolivia amarga o las pirámides del Sol y la Luna en Teotihuacán—, Nooteboom vincula el movimiento —viaje— con los requisitos necesarios para poder escribir, ya que el movimiento es condición de la calma:

Hace mucho tiempo, cuando aún no podía saber lo que sé ahora, opté por el movimiento, y más adelante, cuando ya sabía mucho más, comprendí que este movimiento me permitía encontrar la calma indispensable para escribir, que el movimiento y la calma, en cuanto unión de contrarios, se equilibran mutuamente, que el mundo –con toda su fuerza dramática y su absurda belleza y su asombrosa turbulencia de países, personas e historia– es un viajero él mismo en un universo que viaja sin cesar, un viajero de camino a nuevos viajes…

Autor: admin 12 julio 2009

Alejandro Bekes

Por la ventanilla del avión veo algo que sólo puede ser la costa de África. La playa blanca aparece y desaparece entre las nubes. África, cuna del hombre. Apenas un retazo lejano, desde once mil metros de altura. A lo lejos, unas montañas nevadas. ¿La cordillera del Atlas? Seguramente. Las montañas nevadas que sostienen el cielo. Sólo Hércules hubiera podido relevarlas de ese eterno trabajo, y solo por un instante. El peso del cielo es excesivo aun para un superhombre. El peso del cielo… Aquello parece una ciudad costera. La mítica Casablanca, quizá. Tócala de nuevo, Sam. Si ella puede soportarlo, yo también. Todo se difumina al fin y se borra bajo una capa densa de nubes. Por los desgarros de la capa, bien abajo, brillan al sol las olas del Atlántico.

Autor: admin 5 julio 2009

Santiago Beruete

«Chamfort sintió de modo angustioso que la búsqueda del éxito envilece la naturaleza humana. Había conocido a casi todos los hombres famosos de su tiempo, los había visto infelices y se preguntaba el porqué. No tenía dudas. Se habían vuelto infelices a causa de su pasión por ser célebres y los había visto morir tras haber degradado su carácter y su vida moral».

Giovanni Macchia

Cómo salir del anonimato

En España no hay buenas novelas en los cajones. Laura Góngora se complacía en repetir esa frase cada vez que alguien se lamentaba de las dificultades que encuentran los nuevos autores para publicar. Si alguien podía hacer esa declaración, era precisamente ella, que tenía su mesa de despacho sepultada bajo una montaña de libros inéditos. Como una prestigiosa agente literaria que era, no pasaba un día sin recibir por correo el manuscrito de algún desconocido que anhelaba salir del anonimato. Unos originales se hacinaban encima de los otros esperando en vano que Laura Góngora se dignase hojearlos. Hay que decir en su descargo que, ni dedicando a esa tarea todas las horas del día, hubiera podido dar lectura a ese ingente caudal de narraciones.

Autor: admin 4 julio 2009

Ricardo Martínez Conde

Lo pasajero llama a la muerte. Lo misterioso es hasta qué punto ese pensamiento de consumición se asemeja a un pensamiento de consumación. La tristeza como belleza. No es todo, pues, tragedia y derrota. Algo hay de una épica soñadora que seduce. ¿Será esa parte de la muerte de la que ha derivado la Religión?

La repetición constituye un verdadero clamor: se repite la vida paso a paso, de uno a otro, de una generación a otra. Se repite cien veces el mismo gesto a lo largo del día y se repite lo ya contado con nueva fruición. Se repite el instinto de amor e incluso lo amado. Se repite la muerte y pocos parecen advertirlo como el argumento principal.

Autor: admin 2 julio 2009

Felipe Benítez Reyes

Marcel Duchamp es en gran parte responsable de algo de lo que no es en absoluto culpable: el entendimiento del arte como una disciplina sujeta a la mera ocurrencia. Un entendimiento que ha propiciado la glorificación contemporánea de tantísima fruslería camuflada tras la pomposidad de un aparato retórico más o menos risible, más o menos rentable y más o menos rimbombante: el artista como teólogo de sí mismo.

Autor: admin 1 julio 2009

Marciano de Hervás

Las raíces judías de la Lozana andaluza están fuera de toda duda. No faltan pasajes en el texto de Francisco Delicado que lo rubrican. Aldonza-Alaroza nace en la Peña de Martos, en seno de una familia de abolengo judío, vive en la Roma pagana como la Lozana (no es casual la conversión de Aldonza por Lozana antes de abandonar España), y recobra su identidad judía en la tercera edad como la Vellida, en compañía de su esposo Rampín, también cristiano nuevo. Desmadejemos la trama.

Autor: admin 1 julio 2009

Junichiro Tanizaki
Retrato de Shunkin
Traducción de 
María Luisa Balseiro
Siruela, Madrid, 2009

El período que va de 1868 a 1912 en Japón, el reinado del emperardor Meijí, supone la revolución más importante que ha vivido una sociedad para reformar su estilo de vida en los últimos siglos. El esfuerzo de todo un país por salir de siglos de aislamiento, marcados por una economía primaria y un sistema social feudal, y colocarse a la cabeza del continente asiático, como primera economía y gigante técnológico a escala mundial. Y esta revolución es tan importante no sólo por «a donde llegó», sino, y muy especialmente, por «de dónde venía». Japón se tenía por una primerísimo potencia en lo espiritual y en su forma de ver la vida, su organización, sus leyes, su sentido del honor, aún hoy están presentes en muchos aspectos de la vida de sus ciudadanos. Imagínense un país que en 40 años crea un sistema moderno de escuela y universidades, una red ferroviaria que atravesaba cada una de las principales islas, un sistema judicial próximo a los derechos humanos, hospitales, fábricas, barcos… cuando antes no existían ni las palabras ni los conceptos de universidad, tren, derechos humanos o tecnología. Pero lo que a nosotros nos interesa más es el lado espiritual y el hecho literario, que también sufrió una enorme renovación.

Autor: admin 21 mayo 2009

Joaquín Collantes

Auschwitz y la poesía

—¿Cómo escribir poesía después de Auschwitz —se preguntaba el filósofo Theodor W. Adorno, que no había estado en Auschwitz.

—Con lápiz y papel… como remedio para sobrevivir —contestó el poeta que sí había estado en Auschwitz.

Sin respuestas

En vista de que Dios no respondía a sus preguntas el teólogo consultó Google.

Autor: admin 21 mayo 2009

Rafael Toriz

En principio pareció una fantasía, un arrebato literario: el viernes 24 de abril desde muy temprano la caótica ciudad de México —territorio siempre signado por la demasiada gente— se mostraba desolada y fantasmal, casi en absoluto silencio. Una nimiedad tan poderosa como puede serlo un estornudo había logrado lo que sólo sucede en París y Nueva York: hacer del Distrito Federal el epicentro mundial del apocalipsis. En esta ocasión, para nuestra sorpresa, la catástrofe brotaba de las tierras del tequila.