Luis Cruz
En frase de Saint-Saëns, «Rameau fue el mayor genio musical que ha producido Francia». Lo decía el músico encargado de supervisar la edición de sus obras completas en 1895. No sorprende esta afirmación admirativa si se tiene en cuenta que la recuperación de la música de Rameau comenzó con el interés de los románticos franceses por encontrar un espíritu diferenciador de la música nacional francesa.
Nadie mejor que Jean Philippe Rameau, adalid del «estilo francés» creado por Lully y ardiente defensor de la ópera francesa frente a la italiana, para encarnar ese esprit national; si tenemos en cuenta no solo su producción musical sino sus aportaciones teóricas al estudio de la armonía que culminaron en la fijación del acorde perfecto mayor y sus inversiones como bases para la modulación tonal, logro que pervive en nuestros días.