VEROSÍMILES AVERIGUACIONES SOBRE GIGAMESH DE PATRICK HANNAHAN
David Felipe Arranz Lago
o solo la ciencia, también la creación literaria depara a veces grandes sorpresas. La posibilidad de seguir la pista a libros que han desaparecido —o cuya existencia se encuentra a caballo entre la leyenda y las brumas de la historia— y dar no solo con la fuente original, sino con el rastro azarosos de los protagonistas que jalonan la vida de una obra concreta se nos ha antojado desde hace años como una actividad casi diríamos que sacerdotal, mistérica, si se quiere.
El concepto aristotélico de lo verosímil, como sabemos, no implica la veracidad de los hechos narrados: solo la posibilidad de que hubieran podido producirse, según los criterios clásicos de la imitatio. En este sentido, es muy posible que el libro Gigamesh escrito —según el escritor polaco Stanislaw Lem (1921-2006)— por el irlandés Patrick Hannahan estuviera estrechamente relacionado con el asesinato de un caballero en el siglo xvii y la génesis del Quijote. Creo que hubo una fuente única de la que bebió Hannahan para pergeñar su Gigamesh, reseñado por Lem en Vacío perfecto (A perfect vacuum, 1971), su colección de prólogos imaginarios, continuada en Un valor imaginario (Imaginary magnitude, 1973). Esta demostración es, ante todo, verosímil, profundamente literaria y necesita un lector cómplice.