Juan Carlos Abril. Deshabitados
Maillot amarillo,
Diputación de Granada, 2009
En un breve ensayo titulado «¿Qué es la poesía menor?», T. S. Eliot señaló las funciones que, según él, debía cumplir una antología, que son, siguiendo su propio orden: dar placer, permitir que los poetas jóvenes se hagan un hueco entre sus contemporáneos (el crítico inglés lo dice sin ironía), y ofrecer al lector una idea de lo que está pasando en un cierto periodo estético. Creo que Deshabitados, antología de poesía joven editada por Juan Carlos Abril, cumple perfectamente esas tareas, en primer lugar, porque en ella se reúne, desde nuestro punto de vista, a algunos de los autores más interesantes del panorama español del momento, dato que por sí solo basta para hacer de cualquier antología un volumen atractivo. En segundo lugar, porque el espacio que se le ofrece a cada uno de ellos privilegia la reflexión metapoética, y eso, que es posiblemente donde reside el mayor interés de la antología, sí es abrir debate en serio, exponer y exponerse, poner las cartas sobre la mesa y, quizás también, como alguien dijo a propósito de cualquier poética, la construcción de una ratonera por parte del propio ratón, que se empeña, además, en quedar atrapado en ella. Por último, y en relación al punto anterior, este espacio teórico permite constatar que es aquí donde, hoy por hoy, se está repensando con más vehemencia la función de la poesía y las capacidades del lenguaje, donde se está planteando el presente, el fututo y lo que ya es pasado de la poesía actual, y donde los vientos de cambio están soplando con más fuerza.