Inmaculada de la Fuente
La voz y la figura de Constancia de la Mora Maura han sido rescatadas del olvido en los últimos años, pero las sombras que planean aún sobre su trayectoria alimentan una visión enigmática y todavía tópica de la nieta comunista de Antonio Maura. No es fácil despojarla de la leyenda que la acompaña. Su apoyo sin fisuras a la II República, su labor de propaganda al frente de la oficina de Prensa Extranjera y su matrimonio con el jefe de la Fuerza aérea, Ignacio Hidalgo de Cisneros, dotan a su figura de un halo de ficción, como si faltaran aún cabos sueltos para entender de modo cabal su biografía. O como si una trayectoria tan singular y novelesca exigiera una constante revisión. En consecuencia, la nieta republicana de Maura sigue siendo una desconocida, no solo por su exilio en México, donde sus convicciones comunistas experimentaron una sutil transformación, sino por esa visión borrosa y fragmentada que nos ha legado ella misma. Un retrato en penumbra que convive con otros rasgos de su carácter más contrastados, los de una militante entusiasta e implacable.