Ricardo Martínez Conde
Lo pasajero llama a la muerte. Lo misterioso es hasta qué punto ese pensamiento de consumición se asemeja a un pensamiento de consumación. La tristeza como belleza. No es todo, pues, tragedia y derrota. Algo hay de una épica soñadora que seduce. ¿Será esa parte de la muerte de la que ha derivado la Religión?
La repetición constituye un verdadero clamor: se repite la vida paso a paso, de uno a otro, de una generación a otra. Se repite cien veces el mismo gesto a lo largo del día y se repite lo ya contado con nueva fruición. Se repite el instinto de amor e incluso lo amado. Se repite la muerte y pocos parecen advertirlo como el argumento principal.