Peter Bogdanovich: Las estrellas de Hollywood por Peter Bogdanovich: retratos y conversaciones
T&B, Madrid, 2006
Cuando Peter Bogdanovich era un adolescente soñaba con ser actor y un día, en torno al Año Nuevo de 1954 en Nueva York, mientras caminaba por la calle 55 se encontró a Marlon Brandon vestido con la indumentaria que utilizaba para la película en la que trabajaba en ese momento. Llevaba puesto el atuendo con el que todos, desde La ley del silencio, identificamos a los estibadores neoyorkinos: chaqueta de leñador a cuadros, pantalones de trabajo y botas de motorista. Aquel día Bogdanovich tuvo la oportunidad de pedirle un autógrafo a uno de sus actores favoritos, y no la desperdició. Caminaron un rato juntos hasta llegar a un semáforo en el que Brandon se despidió jovialmente del chaval para cruzar la calle. Mientras se alejaba, el joven Bogdanovich vio que la ya por entonces estrella pisaba una mierda de perro y estuvo a punto de gritarle para prevenirlo, pero no lo hizo, quizá porque pensó que después de todo, aquello daba buena suerte. Posiblemente suerte es la palabra clave en la vida de Bogdanovich. Con el tiempo, aquel joven estudioso del teatro y el cine, aspirante a actor y discípulo de Stella Adler, llegó a dirigir películas, formando parte muy activa de la generación que renovó el cine de Hollywood en los años setenta —los Scorsese, Coppola, Spielberg, Hal Ashby, Lucas, etcétera— y buena prueba de ello son sus primeros trabajos: El héroe anda suelto, La última película o ¿Qué me pasa, doctor?