Eugenio Fuentes
Una de las experiencias lectoras más estimulantes que se pueden abordar en estos meses de verano, cuando las vacaciones nos conceden más horas libres para los libros sólidos, es leer sucesivamente dos novelas grandes en tamaño y calidad, de largo recorrido y de profundo aliento: Vida y destino, de Vasili Grossman, y Las benévolas, de Jonathan Littell. Las dos tienen más de mil páginas y demuestran que la potencia y el músculo le vienen bien a la literatura. Las dos han sido comparadas a Guerra y paz por su temática bélica, por la amplitud geográfica y temporal de los acontecimientos, por la multitud de personajes, por la ambición totalizadora del relato y por la trascendencia última de sus temas: la vida, el destino, la muerte.