Lisa See: El abanico de seda
Ediciones Salamandra, Barcelona, 2006
En los años sesenta, en plena revolución cultural, una anciana se desmayó en una estación de ferrocarril de un pueblo de China. Para saber quién era, la policía rebuscó entre sus pertenencias y encontró unos papeles escritos en un código secreto. Lógicamente, dados los tiempos que corrían, la mujer fue detenida y considerada espía. Los expertos en códigos, después de los consabidos análisis de esos textos, vinieron a concluir que aquella escritura no tenía nada que ver con las intrigas internacionales. En realidad se trataba de una lengua que, desde hacía más mil años, venía siendo utilizada únicamente por las mujeres, con el total desconocimiento de los hombres: el nu shu.