José María Álvarez
Bebiendo al claro de luna sobre las ruinas
Renacimiento, Sevilla, 2009
Recordando a Heráclito, se podría afirmar que es imposible leer dos veces el mismo libro. Cada lector, por su propia naturaleza, o por la naturaleza misma del Tiempo, es un mutante. Así, desde este punto de vista, no debiera importar tanto que un autor esté publicando siempre variantes de una intuición inicial, o variantes de una tradición elegida; o que se limite, cortésmente, a publicar un solo libro. Con todo, Bebiendo al claro de luna sobre las ruinas de José María Álvarez parece un alegato a favor de la memoria; se obstina en la repetición de aquello que parecía imposible: la experiencia de la lectura, los pequeños ritos de la vida, la invención de un sujeto lírico.