Javier Fresán
Después de haber pasado varias horas con el poeta Luis Suñén (Madrid, 1951), sigo con la duda que me intrigaba al subir las escaleras de su casa: ¿encontraría más discos o más libros? En el salón donde charlamos, es la literatura quien conquista el territorio: solo una pared resiste la acumulación de ensayos y novelas, llenos de dedicatorias tan curiosas como la que le escribió Derek Walcott después de preguntarle por el significado de «cargar la suerte»: Para el único publisher-torero del mundo. Allí los libros no han llegado, pero sí los recuerdos de sus años al frente de algunas de las mejores editoriales del país, en forma de fotografías con Juan Benet y Manuel Rodríguez Rivero, durante la promoción de En la penumbra, o con sus maestros Jaime Salinas y Domingo Pérez Minik. La música está al fondo del pasillo, y es difícil hacerse una idea de cuántas obras ha escuchado Luis Suñén, porque él mismo tomó la iniciativa de sustituir las carátulas por sobres transparentes, que ocupan cinco veces menos. Esos pocos metros que separan el salón del cuarto de los discos podrían ser un buen resumen de la trayectoria de este hombre polifacético, que ha sido crítico literario y musical, y hoy dirige el programa Juego de espejos en Radio Clásica. Pero quizá no haya mejor forma de conocerlo que adentrarse, de la mano de la editorial Dilema, en ese lugar donde oír llover que es su poesía reunida.