Hart Crane: El puente
Traducción de Jaime Priede
Trea, Gijón, 2007
Posiblemente dos de los grandes problemas en la vida de Hart Crane (1899-1932) fueron ser homosexual en una sociedad totalmente homofóbica y ser un temerario borracho en una época de prohibición. A Crane, un Rimbaud de vía estrecha o un Pasolini de vía ancha, le interesaban las aventuras difíciles, anónimas y pasajeras, casi siempre imposibles que, a veces, terminaban en violencia. Promiscuidad que intenta diversificar con la creación del heterónimo Mile Drayton como nombre de guerra. La única relación estable y breve que tuvo en su vida amorosa fue con el sobrecargo de un barco danés, Emil Opfeer, al que conoció en la primavera de 1929. De esta unión quedan los seis poemas de Voyages. Crane iba en busca de “the secret oar and petals of love”.
Al llegar a Nueva York vivió en Columbia Heights, en el número 110, una casa localizada al final del Promenade, en Brooklyn junto al rumor del río, de los muelles y del puerto y cerca del otro rumor: el de los marineros y trabajadores portuarios. Desde la ventana donde tenía la mesa de trabajo, Crane veía el puente de Brooklyn. Por esta misma ventana años antes, el ingeniero Roebling observaba la construcción del puente.