Esther Tusquets: ¡Bingo!
Anagrama, Barcelona, 2007
Un hombre a punto de cumplir sesenta años, un hombre que “ha dejado de desear” y desconoce ya la urgencia y la avidez que le habían llevado a vivir pasiones fulminantes, un hombre inmerso en un desinterés “del que le da vértigo medir la profundidad y que lo abarca todo”, un hombre cuyo presente está cada vez más carcomido por la indiferencia y la desgana, un hombre que siente como nunca antes el peso de la juventud perdida y el camino hacia la muerte como la negación definitiva de todos los anhelos y proyectos irrealizados por miedo o por prudencia o por otros motivos… Ese hombre vacío de deseos, una tarde en que los primeros calores anuncian el tórrido verano inminente, entra por casualidad en un bingo para escapar del tumulto y del ruido de la calle y para sumergirse en un recinto silencioso, oscuro y frío y así acallar su inquietud y matar el tiempo hasta la hora del anochecer y regresar a casa, a la esposa y a la cotidianidad anodina y rutinaria.