Danilo Kis
Circo familiar
Traducción de Nevenka Vasiljevic. Acantilado, Barcelona, 2007
Hace algún tiempo, a propósito de la publicación de Una tumba para Boris Davidovich, definimos a Danilo Kis como un «escritor total», ya que en sus libros se obraba una prodigiosa conjunción de talento narrativo, solidez arquitectónica y, sobre todo, una portentosa capacidad expresiva para alcanzar ciertas fibras que el lector suele tener medio ocultas, a la espera de que las active una prosa fría y nerviosa, inteligente y sensual, musculosa y reflexiva a un tiempo. En definitiva, una mezcla de artesano y genio, de orfebre y humanista, de técnico y esteta. Nada fácil de encontrar, por cierto.
Ahora, la aparición de Circo familiar corrobora y acrecienta, si es que es posible, aquella impresión: Danilo Kis es, sin ningún género de dudas, uno de los grandes autores del siglo pasado; uno de esos raros escritores cuyos libros, cuando caen en nuestras manos, nos inoculan de inmediato, con la energía de una descarga eléctrica y la ternura de un soplido dulce al oído, la inequívoca sensación de que estamos protagonizando un acontecimiento.