Adam Zagajewski: Antenas
Traducción de Xavier Farré
El Acantilado, Madrid, 2007
Tras la primera lectura, un breve recorrido por los poemas más significativos de Antenas, último libro de Zagajewski publicado en España y cuya edición original es de 2005, confirma la visión que ya tenía del autor. La melancolía, no tanto como actitud vital o temperamento cuanto como proyección hacia el pasado, es una atmósfera suave que envuelve a la obra en general. Así, el primer texto de la misma rinde homenaje a alguien, una vieja profesora de dicción que se jubila, que no solo es un personaje concreto de la experiencia del poeta. También, con esa «elegancia un tanto anticuada», un fragmento, un símbolo de ese tiempo que se imagina uno menos envilecido y atropellado democráticamente. Resto del naufragio de cierta escala de valores a los que la nueva barbarie tilda de caducos: «Ahora nos quedaremos solos. / Maltrataremos la lengua y los labios».
Se invoca en otro poema «a la musa de la lentitud», y es una reacción frente al vértigo de la modernidad; una apuesta, entre líneas, a favor del placer, del paladeo de las pequeñas sensaciones, del trabajo bien hecho que no se doblega a reclamos imperiosos como la competitividad, la búsqueda a ultranza de lo novedoso en un afán, pueril, de ir siempre más lejos, aunque no se sepa adónde… Tradición, sí, entendido el concepto en su sentido más noble, es una de las palabras clave a la hora de definir la poética de Zagajewski.