Autor: admin 10 noviembre 2008

Danilo Kis
Circo familiar
Traducción de Nevenka Vasiljevic. Acantilado, Barcelona, 2007

Hace algún tiempo, a propósito de la publicación de Una tumba para Boris Davidovich, definimos a Danilo Kis como un «escritor total», ya que en sus libros se obraba una prodigiosa conjunción de talento narrativo, solidez arquitectónica y, sobre todo, una portentosa capacidad expresiva para alcanzar ciertas fibras que el lector suele tener medio ocultas, a la espera de que las active una prosa fría y nerviosa, inteligente y sensual, musculosa y reflexiva a un tiempo. En definitiva, una mezcla de artesano y genio, de orfebre y humanista, de técnico y esteta. Nada fácil de encontrar, por cierto.

Ahora, la aparición de Circo familiar corrobora y acrecienta, si es que es posible, aquella impresión: Danilo Kis es, sin ningún género de dudas, uno de los grandes autores del siglo pasado; uno de esos raros escritores cuyos libros, cuando caen en nuestras manos, nos inoculan de inmediato, con la energía de una descarga eléctrica y la ternura de un soplido dulce al oído, la inequívoca sensación de que estamos protagonizando un acontecimiento.

Autor: admin 9 noviembre 2008

Patrick McGrath
Ciudad fantasma. Historias de Manhattan de ayer y de hoy
Traducción de Fabián Chueca. Herce, Madrid, 2008

En una amplia entrevista con Guy Landreau venía a decir el historiador George Duby que la Historia no es más que el flujo de los hechos históricos recuperados a placer por la imaginación del historiador. Bueno, no me hagan mucho caso, la cita no es literal y quizá George Duby no diría «recuperados a placer», pero también podría decirlo, porque era muy bueno en el oficio de historiar y en el de contar, quiero decir, aunque sobren las aclaraciones, que sabía manejar el archivo y la pluma. El caso es que tomando como referencia esa cita de Duby se puede entender que Ciudad fantasma, el libro de relatos de Patrick McGrath, es Historia, y desde luego de la que se lee con mucho agrado.

Autor: admin 24 julio 2008

José Luis Argüelles: Pasaje

Trea, Gijón, 2008

Hace veinte años, silenciosamente entraba en escena un poeta importante, a tener en cuenta. Se trataba de Jose Luis Argüelles (Mieres, 1960). Publicaba un primer libro, Cuelmo de sombras (1988) en la casi secreta colección Versus, del Centro Cultural y Deportivo mierense, que por aquellas fechas dirigía Jose Manuel Cuesta Abad y que también publicó, asimismo, un libro de poemas de Herme G. Donis. Allí también iniciaría sus pasos Jose Luis Piquero, con Las ruinas (1989). Era aquel primer libro un conjunto de poemas estimable, de entre los cuales —si se me permite la referencia autobiográfica— unos cuantos quedaron grabados para mí en la memoria. Trataban, melancólicamente, de la soledad, de la vida en provincias, del desamor, la adolescencia, el alcohol o el amor mercenario heterosexual (del cual no existen demasiadas referencias en la poesía española reciente). Tenía algunos de los mejores sonetos en verso blanco de la época.

Autor: admin 24 julio 2008

Martín López-Vega: Libre para partir
Ediciones Trabe, Oviedo, 2008

Hay libros que nos dejan un irresistible deseo de hacer las maletas. Casi todos los de Martín López-Vega son de esa clase, no solo las prosas viajeras. Sus poemas están llenos de palabras exóticas, de rincones extranjeros, de la felicidad melancólica del que siempre está fuera de casa, sobre todo cuando está en casa.

Autor: admin 23 julio 2008

Alfonso López Alfonso: Camino de vuelta
Ediciones Trabe, Oviedo, 2008

En Camino de vuelta Alfonso López Alfonso mira atrás y nos cuenta «con ironía y melancolía, las gentes, las cosas, los rumbos y los tumbos que le han hecho llegar a ser el que es». Se trata de un libro de memorias escritas cuando el recuerdo todavía está vivo y los personajes, los hechos, los libros, las casas y las cosas tienen aún un fulgor vívido y cálido. El autor, con treinta años solamente, nos ofrece una obra más propia de una madurez nostálgica que de una juventud vibrante, y nos cuenta en catorce capítulos la historia del lugar donde nació, donde transcurrió su niñez, donde fue feliz y donde descubrió el amor y la muerte. Moncóu: un lugar real, donde todo lo que ocurre es verdadero, nada es mítico, fantástico, sobrenatural. Camino de vuelta puede leerse como una novela, a veces como un poema en prosa, siempre con una emoción honda. Sorprende la sencillez franciscana con que cuenta la historia. Nada más comenzar a leer el libro ya empezamos a sentir algo misterioso que se va adentrando dentro de uno y que a veces le ahoga, a veces le llena de ternura, siempre le conmueve.

Autor: admin 22 julio 2008

Claudio Magris: El infinito viajar. Traducción de Pilar García Colmenarejo
Anagrama, Barcelona, 2008

Nuestra época ha ido arrinconando al cuarto trastero de los géneros literarios el cuaderno de viaje por más que este cuenta con una vigorosa tradición a sus espaldas, tan longeva que en algunas latitudes llega incluso a emparejarse con las primeras andanzas literarias. Lo paradójico es que esa pérdida gradual de interés se está verificando en un momento en el que la mayor parte de la humanidad se somete periódicamente al rito del viaje, dando pie a un incremento notable de la cultura geográfica. Cabía suponer que tal divulgación de conocimientos iba a corresponderse con un aumento de la inquietud del lector por averiguar la sensibilidad con que otros se han aproximado a los mismos enclaves a los que hemos conseguido llegar, o bien por apreciar el singular ángulo visual con el que los viajeros que nos han precedido describieron tiempo atrás los mismos paisajes que también nosotros hemos tenido la suerte de poder contemplar más o menos intactos. Y sin embargo la sensación que se tiene al dar un vistazo a las listas de ventas de libros es la de que el género agoniza y que sólo en casos excepcionales la literatura de viajes logra acaparar la atención de unos pocos lectores fieles al género. Vivimos inmersos en una sociedad para la que la práctica turística es un rasgo distintivo al alcance de todos los bolsillos, y en cambio el viaje parece haber perdido relevancia como vía de conocimiento y de maduración intelectual del individuo. Tal vez para la mayor parte de nosotros la necesidad compulsiva de desplazarnos a otros lugares no constituya más que la necesaria dosis de nomadismo hedonístico que nos pide de vez en cuando el organismo: un banal principio activo al que cabe agregar, con la debida cautela, dosis edulcoradas de excipiente humanístico con el que dorar éticamente la píldora.

Autor: admin 22 julio 2008

Paredes Badía e Hilario J. Rodríguez Encuentros con lo real. Cine documental británico (1929-1950)
Calamar Ediciones / Festival de Cine de Huesca, Madrid, 2008

Ahora que los informativos televisivos se parecen cada vez más a un show en su empeño por espectacularizar las noticias, el cine de ficción más inquieto mimetiza la realidad para resultar más verdadero. A este efecto de falso documental o de aparente cine en vivo debemos logros tan recientes como Domingo sangriento (Peter Greengrass, 2002), Elephant (Gus van Sant, 2003), Un corazón invencible (Michael Winterbottom, 2007), o [REC] (Jaume Balagueró y Paco Plaza, 2007).

Autor: admin 21 julio 2008

Epicteto Díaz Navarro: Juegos de lenguaje. En torno a la narrativa española actual
Llibros del Pexe, Gijón, 2007

Vagamos perdidos por un mundo que hace tiempo dejó de lado las totalizaciones ideológicas. Ya no es demasiado fácil encontrar quien enfoque la realidad desde una perspectiva humanista, ni marxista, ni desde otros posicionamientos que terminan en ista. El liberalismo ha tenido algo más de suerte gracias a la caída del bloque soviético y al buen aprendizaje que hemos hecho de una economía de mercado —que sólo es libre cuando a algunos les interesa— depredadora y con bastantes similitudes con aquel capitalismo salvaje que se puso en práctica a finales del siglo xix y llevó al supuesto mundo civilizado a la explotación inhumana del resto del mundo, albergando como consecuencias, primero una guerra mundial, y después otra. La respuesta dominante a la falta de cobertura que nos han dejado de proporcionar sistemas filosóficos e ideologías es una suerte de eclecticismo que llamamos posmodernidad. El mundo ha dejado de ser blanco o negro y, quien más quien menos, cogiendo algo de aquí y algo de allá, va construyendo su propia realidad polifónica y gris. No sé muy bien si esto es bueno o malo, ni creo que se deba juzgar desde un punto de vista moral. Lo que sí creo es que nos ha hecho comprender algo más nuestra vulnerabilidad; ser conscientes de que somos incapaces de dar respuestas concretas, precisas, totales, a los problemas que nos plantea la existencia.

Autor: admin 20 julio 2008

Javier García Rodríguez: Estaciones.
Introducción de Juan Bonilla Ediciones KRK, Oviedo, 2007

La buena poesía nunca ha dado la espalda a la teoría literaria, incluso antes de su existencia. Las reflexiones metapoéticas han sido una constante, un rasgo intrínseco a la escritura lírica, y en nuestro presente, una condición necesaria que tendrá que acometerse con riesgo, sabiendo aprovechar la literariedad explícita que contienen los discursos teóricos al mismo tiempo que se transforman en motores poéticos.

Autor: admin 19 julio 2008

Mario Mínguez: El cazador

Pre-Textos, Valencia, 2008

El cazador es el tercer libro de Mario Míguez (Madrid, 1962), y supone, en opinión de quien esto escribe, la maduración completa de esta voz, tan poco conocida como imprescindible. Se trata, digámoslo ya sin más preámbulos, de un libro excepcional, de los que sólo se ven muy de cuando en cuando. Un logro de madurez de un poeta plenamente dueño de sus recursos, capaz de alcanzar resultados de primerísimo orden tanto en el poema breve (léanse, a modo de ejemplo, los siete versos de «Sol constante») como en el desacostumbradamente largo. No es nada habitual que en un poema como «La casa», de cerca de doscientos versos, se encuentre uno con la intensidad, sostenida sin fallo, la precisión y la nitidez que comparecen aquí. Pero es, en realidad, todo el libro lo que habría que destacar; no hay un solo poema flojo, o que parezca incluido meramente para completar el número de páginas. Todos, del primero al último, podrían antologarse sin escrúpulo.